capitulo 17

Mi teléfono me despertó de un sueño no tan profundo, me senté en la cama y sin mirar quien marcaba, conteste.

- ¿hola?

- hola, (tu nombre), antes de que me digas algo, quiero pedirte que nos veamos hoy.-  era Tom.

- ¿Qué nos vamos? ¿Para qué?

- yo…solo necesito hablar contigo, arreglar las cosas.

- hum, bueno, pero ¿Dónde?

- yo pasaré por ti, no te preocupes.

- está bien.

- en media hora paso por ti, adiós.

- adiós.- corté. Saqué el celular de mi oído y me percaté de que Sara me miraba incrédula frente a mi casa.

- ¿quién era?- preguntó, acercándose más a mí.

- era…Tom, quiere que nos veamos hoy.

- ¿iras?, es decir, ya sabes cómo es…

- dijo que quería arreglar las cosas, no me pasara nada.

- ¿regresarás con él?- negué.

- solo quiero que volvamos a ser amigos, como antes.

- bueno, haz lo que quieras.- negué. Me di una ducha rápida.

[…]

- hola, (tu nombre)- sonrió tiernamente y beso mi mejilla.

- hola.- sonreí.

- ¿nos vamos?- asentí, caminamos a su auto, en donde Tom abrió la puerta en donde iría yo. Sonreí.

- gracias.- el solo sonrió y dio la vuelta al carro para subirse también. Él camino no solía ser como antes, en donde platicábamos y reíamos juntos, al contrario, parecía que iríamos a algún velorio, todo era triste y silencioso.

- listo, hemos llegado.- sonrió.- bajamos del auto, era un sendero realmente lindo, no había demasiadas personas.
Tom y  yo caminamos silenciosos, hasta que él me miro y se decidió a hablar.

- bueno… (Tu nombre), quiero que todo esté bien entre nosotros, y supongo que para que eso pase…debo pedirte unas disculpas.- tragó con dificultad y volvió a mirarme. –en verdad no sé que me paso, y yo sé que eso no escusa, porque aun así lo he dicho, pero desde el fondo de mi corazón quiero pedirte unas disculpas. Antes de ser novios fuiste una buena amiga y…después que fuimos  novios yo realmente fui un hombre feliz…no quiero que por mis estupideces perdamos la amistad que nos tuvimos.

- Tom…claro que te perdono, no soy una persona rencorosa y…tampoco quiero perder tu amistad.- Tom me dio un tierno abrazo que yo pude contestar después 
de unos segundos.

- gracias…tenía tanto miedo de perder tu amistad.

- eso nunca pasará.- sonreí. Mire a Tom, de pronto su carácter se transformó en uno realmente extraño, parecía querer llorar pero no mostraba que lo haría, no quería hacerlo.

- eh… (Tu nombre)…quiero que vengas a mi casa.

- ¿Qué tienes Tom?- el negó y me tomo de la mano, guiándome nuevamente al auto.

[…]

- ¡Bill, ven por favor!- en muy poco tiempo se escucharon los débiles pasos de Bill por las escaleras.

- ¿Qué pasa, hermano?- Bill sonrió y se acercó a mí. – (tu nombre) ¿como estas?

- muy bien ¿y tú?

- también, gracias.- después miro a Tom y alzó las cejas. -¿Qué necesitas, hermano?- Tom bajo la mirada.

- bueno… (Tu nombre) me dijo, que todos necesitábamos una persona que nos ame sin condición.- asentí. –pues…yo conozco una que te ama demasiado.- Tom miro a Bill.

- no…Tom…

- Bill te quiero mucho…siempre me dio concejos para no perderte, pero también te quería, y yo lo sabía pero no me importo. Bill me dijo que jamás rompiera tu corazón solo por mis estupideces…pero supongo que lo hice y…se que Bill te quiere mucho.- tomo la mano de Bill y lo hizo caminar hacia mí. –Ustedes hacen una hermosa pareja.- sonrió.

- Tom…

- vamos, los dos se quieren.- sonrió. 


capitulo 16



- pensé que él había cambiado, que ya no era el mismo de antes.- Sara tomo mi hombro y lo acaricio lentamente.

- no vale la pena que estés así por él.

- pero…el me lastimo y…yo si le quería.

- lo sé, amiga. Pero ya no pienses en eso, que lo único que ganas es sentirte peor.  Tengo una idea, ¿Por qué no salimos? Así despejas tu mente de Tom.

- eh…

- ¿por favor?- bueno, salir tal vez resultaría una buena idea para ya no pensar en Tom y poder pasar más tiempo con mi mejor amiga.

- bueno.- sonreí. Sara y yo nos arreglamos un poco para después salir a caminar por ahí. Había muchísimas tiendas y cosas lindas.

- ¡mira por allá!- apunto una tienda muy grande. –Vamos, vamos.- decía entusiasmada. Caminamos ah; Sara parecía divertirse mucho mirando las tiendas, en cambio yo no me divertía mucho. Me sentí un poco mareada, tal vez fue el olor o los muchos colores ahí dentro. Me acerque a Sara.

- eh…Sara, te espero afuera ¿sí?

- ¿Por qué?

- bueno, me siento un poco mal.

- está bien.- sonrió. Salí de la tienda y me senté en una banca, tratando de que el mareo se me pasara un poco.

- eh, tú eres la supuesta (tu nombre) ¿no?- le mire. Era una mujer de tés blanca y cabello café.

- pues…sí ¿Quién eres tú?

- hum, eso no te importa.- la mire incrédula.

- bueno…entonces ¿Qué es lo que quieres?

- solo decirte que eres un zorrita. ¿Estás con Tom por interés? ¿En serio?, no cabe duda que eres de esas que solo les interesa el dinero. Imbécil.

- yo no estuve con el por eso…fue el él que me quiso por interés.

- sí, claro, usas excusas. Mejor ahórrate tus palabras, niña.- se levanto y se largo caminando. Sentí un gran nudo en mi garganta, pues encima de que Tom lo había hecho, habían comenzado a difamarme tan pronto.
Sara salió de la tienda con un par de bolsas en sus manos. Se acerco a mí y me miro seria.

- ¿te pasa algo?

- no…

- ¿ya se te ha quitado el dolor, amiga?

- sí, ya estoy bien.- suspiré. –mejor regresamos a casa.

- está bien.

By Tom

Oh, mierda… ¡la cabeza quiere explótame!...me siento terriblemente mal. Camine al baño, buscando una pastilla que pudiera aliviar mi dolor. Al no encontrarlas decidí ir a la recamara de Bill para ver si él no podría regalarme.

- ¿Bill?

- ¿Qué paso?- pregunto mientras cepillaba su cabello.

- ¿tienes pastillas para el dolor de cabeza? Me siento terrible.- exclamé. Bill me miro y negó. Se levanto de la cama y camino al baño, buscando, igualmente, una pastilla. Al encontrarlas camino a mi dirección, pero antes de tenderlas hacia mí, me miro de pies a cabeza y cruzó sus brazos.

- no es novedad que te duela, después de todo lo que tomaste ayer…

- ¿ayer tome? No mientas.

- sí, lo hiciste. En la fiesta de ayer.

- ah…pero no tome demasiado.

- sí, y por eso hoy tienes cruda.- sonrió.

- oh, da igual ¿me das las pastillas?- las tendió y yo las tome. –Gracias.- salí de la recamara y baje a la cocina para tomarla con un vaso de agua.

Después de eso, me di cuenta de la hora -3:45- y camine a la casa de Sara y (tu nombre). Tenía ganas de ver a (tu nombre), pues los recuerdos de la fiesta que ocurrió ayer se miraban borrosos. Toqué la puerta y no en mucho tiempo se abrió, dejando a mi vista a (Tu nombre) que su cara se hizo como la de alguien quien ha visto algo horrible.

- ¡¿Qué quieres?!- grito fuertemente, con la voz desgarrada un poco.

- eh, ¿te sientes bien?- pregunte. -¿Qué tienes, hermosa?

- oh, vamos, ¡vete de mi casa ahora!

- no me iré sin antes una explicación. ¿Por qué estas molesta?

- ¡no te daré ninguna explicación, Vete!

- pero… ¿Por qué me tratas así?- me sentí un poco angustiado de no saber qué era lo que había hecho para que me gritara de esa forma.

- ah, te estoy tratando muy bien a comparación de cómo tu me trataste a mí. ¡Ahora vete, por favor!

- no me iré, dime qué fue lo que hice.

- ja, ¿tanto tomaste que ya no recuerdas todo lo que me dijiste e hiciste?

- te juro que no recuerdo nada…por favor dime.

- no.

- ¡por favor!

- me has dicho que solo me querías para tu diversión. Me has intentado golpear.- dijo, al parecer muy enojada.

- yo no me atrevería a golpearte ¡jamás!

- pero lo hiciste, ¡ahora vete!

- eh, te de verdad no se qué paso…dame otra oportunidad, por favor.

- no puedo.

- por favor, no me dejes.

- no me hagas esto difícil. Creí que de verdad habías cambiado.

- lo hice…por favor.

- tendrás que demostrárselo a otra mujer que llegue a tu lado. Pues yo no seré esa mujer otra vez.

- por favor…no hagas esto, yo no lo hice…no estaba consciente.

- si haces esto inconsciente no me imagino que podrías llegar a hacer consciente. ¡Vete!- me empujo fuera de su casa y cerró con un portazo.

Camine de regreso a mi casa, me sentía devastado y encima un estúpido por no medirme al tomar con ella. Bill estaba sentado en el hall mirando la TV. De pronto se levanto y camino hacia mí.

- ¿A dónde has ido?- no conteste. Me sentía con un nudo en la garganta, que si hablaba caería y lloraría fuertemente. –hey, ¿me has escuchado? ¿Qué tienes?

- …nada…

- te conozco. Dime que tienes.

- soy un idiota.

- ¿Por qué?

- por lo que ha pasado ayer…no me acordaba de nada y…fui a casa de (tu nombre).- el me miro sorprendido.

- es que…has tomado demasiado.

- ¡ya lo sé!

- van, Tom.- me envolvió en un abrazo.

- fui terrible…

- tranquilo, todo va a estar bien.

BY (tu nombre)

Pasadas unas semanas, aun no podía recuperarme completamente por lo de Tom. Y al parecer Sara lo notó.

- (tu nombre) deja de estar así.

- ¿así como?

-  solo mírate, estas pálida y has adelgazado demasiado. Puedes enfermar.

- estoy bien, de verdad.- mentí.

- creo que tu físico dice lo contrario.- dijo pasando su mirada por la mía.

- de verdad, solo estoy cansada.- sonreí. Ella negó al igual que yo sonriendo.

- bueno, cambiando de tema, Bill ha llamado, dijo algo sobre una comida. Te invito a ti y a mí también, pero supongo que yo no iré.

- ¿por qué?

- saldré con mi novio, pero más te vale que vayas a la casa de Bill, eh.

- no, yo no quiero ir.

- úsalo como entretenimiento, algo con lo que puedas dejar tu mente en blanco. Por favor.

- por favor, amiga.- junto sus dos manos, y las comenzó a mover en forma de suplica. Sonreí.

- está bien.- subí a mi recamara y me di una ducha. Me coloqué un pantalón de mezclilla oscura y una playera color salmón. Me peine un poco, dejando mi cabello mojado. No me maquille.

Baje y Sara estaba ahí, esperándome con una sonrisa.

- ¿nos vamos?- asentí. Ella me llevaría, pues después de dejarme estaría con su novio. En el camino no hablamos, tan solo miraba la ventana, deseando que a Bill nunca se le hubiera ocurrido juntarnos de nuevo.

Baje del auto y camine hacia la puerta, en donde timbré. De pronto Bill salió con una hermosa sonrisa.

- ¡hola!- dijo casi en un grito.

- hola, Bill.- dije yo.

- bueno, (tu nombre) yo tengo que irme.- dijo Sara.

- que, ¿tú no te quedas?- preguntó Bill.

- no, tengo que salir.

- está bien, que te vaya bien.- dio un beso en su mejilla y Sara salió de ahí. –bueno, entonces pasa, (tu nombre).

- gracias.- entre. Ahí estaba Tom, sentado en la sala. Me miraba serio, son hacer ninguna expresión.

- ¡Tom!- gritó Bill. Tom dio un salto y se levanto del sofá, acercándose a mí.

- hola, (tu nombre).- dio un beso en mi mejilla.

-…hola…

- bueno, creo que es mejor que vallamos a comer.- dijo Georg, tomando la mano de su novia.

- sí, es lo mejor.- dijo Tom. Caminamos al comedor, Bill y yo nos sentamos juntos. 
Entonces comenzamos a comer. Georg dio un sorbo a su soda y sonrió.

- y ¿Qué has hecho estos días (Tu nombre)?- pregunto.

- yo…solo eh estado en mi casa.- dije nerviosa.

- ah, yo no entiendo cómo es que lo sigues aguantando.- sonrió ampliamente. Yo lo 
mire confundida.

- ¿disculpa?- pregunté.

- pues sí, Tom y tu ya llevan bastante juntos. Yo ya me hubiera aburrido.- baje la mirada. Tom miro a Georg de golpe.

- eh…Georg…no…- dijo Bill, nervioso.

- no…Tom y yo…no…- tartamudee.

- ella y yo ya no salimos juntos.- dijo tom de golpe. Georg me miro sorprendido y lamió sus labios.

- ¿de verdad?...entonces, ¿Por qué nunca me lo platicaste Tom? ¿Cuándo lo hicieron?

- hace unas semanas.- dijo Tom.

- pero yo pensé que…

- ¡calla, Georg!- exclamó Gustav.

- pero…- insistió.

- ¡SILENCIO, GEORG!- gritó Tom, dando un fuerte golpe a la mesa.

- eh, lo siento…- dijo tímido.

- ¡todos te dicen que cierres la boca y no lo haces!

- luego te lo puedo decir yo, Georg, pero ahora no.- dijo Bill.

- bueno…eh, (Tu nombre)- dijo, cambiando de tema repentinamente. –veo que has bajado mucho de peso ¿a qué se debe?

- eh…no lo sé…

- creo que es porque no te molestas en comer ni una miga de la comida.- dijo Gustav.

- si cómo, Gustav…

- sí, claro.- dijo con sarcasmo. Me encogí.

- ¡bueno, ya!- gritó Bill. -¡esto era para que estuviéramos juntos a gusto, pero solo se la pasan criticando y peleando, ya!

- ¡no estaríamos así si no fuera porque al idiota de Bill se le ocurrió hacer una comida! ¡Bravo, idiota!- dijo Tom.

- ¡Tom, lárgate de la mesa!

- ¡no!

- ¡VETE!- Tom se levanto y aventando la silla, salió de ahí.

La tensión acorralo mi cuerpo por completo, tan solo sentía ganas de gritar y llorar. Aun no estaba completamente bien por lo de Tom, y encima tenía unos cuantos problemas sin resolver aun.

Me sentía irritada y entonces, sin quererlo, mis lágrimas comenzaron a salir lentamente por mis mejillas. Sorbí mi nariz, algo que fue mala idea.

- ¿Qué pasa, (tu nombre)?- pregunto Gustav. Yo negué y salí de la mesa, corriendo hacia el jardín.

- ¡como me gustaría no haberte conocido!- grite, golpeando la pared fuertemente, haciendo que algunos trozos de mi piel quedaran repletos de mi propia sangre.

- ¡¿pero qué mierda haces?!- gritó Bill.

- ¡déjame!

- ¿Qué es lo que te has hecho?

- ¡nada!

- es por Tom ¿cierto?- dijo, bajando la mirada.

- yo…no sé como creí que el si me quería.- llore aun más fuerte.

- pero lastimándote no vas a lograr cambiar nada. Vamos, que tienes que limpiarte eso.- me tomo de las manos con delicadeza y me guió al baño. Abrió la llave del lavamanos y metió mis manos ahí dentro.

- ahh…- me quejé.

- eso pasa por no pensar lo que haces.- sonreí. –ya estas lista.

- …gracias…

- creo que es mejor que vayas a comer. Ahora los alcanzó.

- está bien.- baje la mirada y camine hacia el comedor.

Bill llego y ahora todos estuvimos platicando en un mejor tono. Pero pronto se haría de noche y Gustav y Georg –con su novia- se fueron. Yo comencé a ansiarme, pues Sara aun no venía por mí.

- ¡Bill, oye…!- Tom me miro. –ah…creí que se habían ido todos ya…

- bueno…mejor me voy…- dije. Bill me detuvo del brazo.

- no, (tu nombre), está bien. Aparte ¿Qué no iba a venir Sara por ti?

- sí, pero creo que se olvido.  Pero  puedo irme yo sola.

- pero ya se hace de noche, ¿quieres que yo te lleve?

- no, está bien, Bill.

- ¿estás segura? Mejor deja que yo te lleve, ¿sí? Por favor.

- bueno…está bien.- sonreí.

- bueno, vamos… ¿nos acompañas, Tom?

- no, yo me quedo.- se fue de ahí. Bill y yo entramos a su auto  y me guió a casa. Al llegar el me miro con una tierna sonrisa.

- llegamos.

- muchas gracias, Bill, de verdad.

- no hay de que.- dijo, dándome un beso en la mejilla.

- adiós.

- adiós.- cerré la puerta del auto y camine a la de casa. Bill se fue y yo entre a la casa.

- ¿Por qué tan tarde?- dijo Sara.

- porque se suponía que tu pasarías por mi.- dije molesta. Ella se sonrojó.

- huy…lo siento, 8tu nombre)…lo olvide.

- ¿de verdad?- dije con sarcasmo.

- no me digas que viniste caminando.

- no, Bill me trajo. ¿Sabes? Quiero ir a dormir…buenas noches.

- buenas noches, amiga.- sonreí y camine a mi habitación.






















capitulo 15



Al despertar, Bill estaba sentado nuevamente en el hall, parecía que miraba la Tv, pero en sus ojos se podía saber que así no era. Pensaba en otra cosa.

- hola, hermanito ¿Cómo dormiste?

- mal…

- vamos, no sigues enojado, ¿verdad?

- sí, si lo estoy aun.

- es que…

- ¡nada!- interrumpió. –déjame, por favor.

- vamos, puedes encontrar un más linda que ella.

- no se trata de eso… yo en serio la quería.

- ¿Por qué eres tan cursi?

- porque tu no miras mas allá de cuerpos y caras bonitas.

- deja de ser tan infantil. No llores por eso.- Bill me miro, sus ojos estaban rojos 
completamente. El salió corriendo de ahí. –oh, Bill, ¡Bill!- toque la puerta de su recamara. -¡sal de ahí!

- ¿para qué? ¿Para qué me restriegues que tienes una novia? ¡No, gracias!

- por favor, Bill.

- ¡no!- no le iba a rogar, entonces me fui a la casa con (tu nombre). Toque la puerta 
y esta vez fue sara quien abrió.

- hola, sara.

- hola.

- ¿está (tu nombre)?

- sí, ahora le llamo.

- gracias.- sara entro a la casa y grito a (tu nombre). Ella bajo apresuradamente y se acerco a mí. -¡hola, hermosa!- tome su cintura y le di un beso en los labios, un beso que se volvió apasionado.

- hey…Tom…- se separo de mi. –Tranquilo.- sonrió.

- lo siento.

- no importa… ¿Qué haces aquí?

- me he enojado con Bill, y quiero visitarte,

- ah, bueno.- sonrió. –solo que pienso que deberías arreglar las cosas con Bill.

- eso intenté, pero no quiere.- ella rodeo los ojos.

- ¿Por qué pelearon ahora?

- por…por…solo peleas de hermanos.- mentí. Le di un abrazo.

Platicamos por unas largas horas. Entre las pláticas había pequeños beso, comenzaba a amar la forma en que ella besaba; pero tuve que irme, pues había algo dentro de mí que me obligaba a intentar arreglar las cosas con Bill.

- Bill…siento hablarte de la forma en la que te hable en la mañana.

- no me importa.- dijo, aun molesto.

- ¿Por qué siempre me haces esto?

- ¿Qué te hago?

- estoy feliz con algo que quiero…y llegas tu y me das esos concejos que me hacen 
ver las cosas como en realidad lo son…

- lo siento…solo pienso que tuviste que ser más considerado.

- bueno…si es mejor para los dos…puedo terminar con ella y se acaba el problema.- Bill me miro sorprendido y negó.

- no, Tom, yo no te estoy pidiendo nada de eso. Por favor no le cortes, ella te quiere y…no quiero que rompas su corazón.

- ¿estás seguro?- el asintió mientras bajaba la mirada.

- ¿A dónde fuiste hace un rato?

- aaa…caminar…- mentí.

- ah….

[…]

(Tu nombre) y yo llevamos un par de semanas saliendo juntos, la quería demasiado, de verdad que sí. Pero Bill aun seguía devastado por esto.

Hoy nos juntaremos los cuatro, Sara y (tu nombre) para ir a una fiesta. ¡Adoro estas fiestas! Y ahora las adoro más con (tu nombre) a mi lado. En una hora Bill y yo pasaríamos por Sara y (tu nombre).

Ya era hora, (tu nombre) y sara ya estaban montados en el auto. Al llegar a la fiesta me impresione por la cantidad de personas ahí dentro. Más dos personas de esa multitud llamaron mi atención. Salí corriendo del auto y corrí hacia ellos.

- ¡Gustav, Georg ¿Cómo están?!

- estamos bien, ¿y ustedes?

- perfectos.- sonreí.

By (tu nombre)

La fiesta era bastante divertida, Tom y yo bailábamos –aun que yo no lo hacía muy bien-. Sara y Bill también lo hacían, mientras Gustav y Georg lo hacían también, más ellos con sus novias.

[…]

Era muy tarde y una tormenta había caído. Tom ya no podía mantenerse completamente de pie. Estaba ebrio totalmente; bailaba, había veces en las que caía al suelo con su bebida, entonces me di cuenta que ya estaba bastante mal.

- Tom…creo que es mejor que nos vallamos.

- ¿Por…qué?

- ¿te has visto?...estas completamente ebrio.

- ¿ebrio?....ha…no he tomado casi nada, hermosa…

- bueno…si quieres quédate…yo me voy, Tom.

- no…no seas aguafiestas…

- no lo soy, debes medirte, Tom, estas ebrio…yo me voy.- el me detuvo.

- has venido…has venido en mi auto… ¿Cómo te irás…eh?

- puedo pedir un taxi, eso no es problema…- me solté se su brazo.

- ahh… ¡vámonos…ya!- me dio un empujón y llamo a Bill y sara. Salimos de ahí.

Cuando llegamos a casa, tom se bajo conmigo y con sara, que se metió a la casa al tiro.

- Adiós, Tom…gracias por traerme…- tome la perilla de la puerta.

- hey…despídete…de mi…- me jalo la blusa y me acerco a él, besando mi cuello. 
Olía realmente mal. Beso mis labios apasionadamente.

- hey…- le empuje, haciendo que se tambaleara. -¡¿qué te pasa?!

- ahora…ahora que…

- no estoy lista para ese tipo de besos… ¡y tú lo sabes!- el negó.

- hay… ¡jamás me dejas tocarte…me desesperas!

- no me voy a dejar cuando tú quieras.

- ¿ah…si?

- ¡Si!-  le di un beso en su mejilla. –adiós…te quiero.

- no…tú no te vas…espera…- me tomo la quijada y comenzó a besarme nuevamente. Le empuje otra vez.

- ¡entiende, tom! ¡No quiero, respeta mis opiniones!

- no…no lo voy a hacer…quiero tenerte…

- no, Tom…si nos queremos debes esperar…

- ¡entonces…no te quiero!

- que… ¿solo me querías para…para tocarme?- pregunte con un nudo en la garganta.

- si…solo quiero tenerte…hacerte mía…

- ¡eres un idiota!- levante mi mano para darle un manotazo pero él la detuvo.

- no te atrevas a…golpearme…- me azotó contra la pared.

- eres un imbécil…

- tu…tu eres una dejada…prefiero ser un imbécil…

- ¡lárgate, Tom! ¡Vete!

- no…eres una zorra…- me dio un beso en los labios.

- ¡déjame! ¡Vete de aquí!- el negó y se adentró al auto para después irse.

Comencé a llorar desesperadamente. Sara se acerco a mí y me envolvió en un abrazo.

- vamos, entremos que está lloviendo aun.- me ayudo a levantarme, mas yo hice caso omiso a las preguntas que comenzó a formular mientras subía a mi habitación.