capitulo 74


Dejo de hacer fuerzas y gustav deja de tomarme por el abdomen.
Bill me mira con miedo, me siento mal por lo que le dije pero, nunca me escucha parece no importarle que me preocupa su salud.

Bill se levanta del suelo y quita a yosai de los brazos de georg. Salió de la recamará caminando lento y con la mirada hacia el suelo, no nos miraba.
(Tu nombre) lo tomo del brazo –Bill…- él la mira pero vuelve a dejar que su mirada caiga al suelo, Sale de la habitación y se dirige al estudio que también estaba en la segunda planta de la casa.

-no lo tuviste que tratar así, Tom- me dice Georg serio -¿Cómo lo podía tratar? Él me prometió que no lo volvería a hacer- trato de defenderme, el orgullo siempre tomaba su lugar. –pero sabes que el ahora no está bien, sabes que esta sensible ahorita y que si se corta o se hace daño, de alguna manera tendrías que ser tu el que lo ayudara, el que estuviera con él; no el que lo incita a seguir cortándose con sus gritos e insultos-

Me siento mal por lo que Georg me dice. Al final que viniera no resulto del todo mejor.

-¡¿crees que yo no estoy mal?! ¡¿Crees que me parece genial gritarle a mi hermano, o que él no cumpla lo que prometió?! ¿Sabes, georg? Con tus palabras no lastimas a una, sino a dos personas; crees que porque (tu nombre) no es mi novia a mi no me duele, pero déjame te digo que ¡ella lo fue! Ella fue mi novia y sabes lo que me pasa con ella, aun así tú dices que tengo que tratar bien a mi hermano que siempre gana lo mejor y a mí me deja solo ¡sin nadie! ¡Como la peor persona que ha pisado la tierra!- georg me mira sorprendido y relame sus labios –tom, no quise…- lo interrumpí -¡no! Ya basta con tus palabras, no te quiero escuchar, piensas que porque no muestro preocupación no me importa, piensas que porque siempre me comporto como si la vida no me importara, no me duele nada.

Salgo del cuarto sin dejar hablar a georg, me había guardado todo y yo solo buscaba la forma para decírselo a alguien, que me escucharan, que supieran como me siento.

Me encerré en mi cuarto y deshice la cama para meterme en ella y desahogarme; escuché que tocaban la puerta pero no me moleste ni en preguntar quién lo hacía.





By bill

Georg gritaba el nombre de mi hermano tocando la puerta. Me parece extraño pero, no quiero salir de aquí…no hasta que Georg y Gustav se vallan de la casa.
Abren la puerta del estudio, mis músculos empezaron a tensarse, no quería que me miraran, tenia vergüenza.

Es Gustav, camina acercándose a mí. Se detuvo frente a mí y sonrío.

-¿estás bien, amigo?

No sabía si mirarlo a los ojos, su voz hacía creer que sus intenciones por hablarme eran buenas así que, lo mire y asentí para después dejar mi mirada caer al suelo.
-no estés triste, Bill seguramente tom no lo decía en serio.- me tomo del hombro sacudiéndome para que me animara.
-tiene razón, soy un mentiroso, se lo prometí, tiene razones para odiarme o quererme matar.- mire mi herida, hasta ahora me había dado cuenta de que arruine mi tatuaje por completo pero, eso no importa ya.
-no, amigo no digas eso, tom solo se alteró es todo, se preocupa por ti, no quiere que te hagas más daño.
-no se preocupa por mí, lo que le preocupa es quedarse solo.
-¿Cómo dices eso, bill? Sabes que te quiere, y aunque no lo creas el me lo ha dicho y supongo que a georg también, no digas que no lo hace.
-Gustav, el me dijo que él podía matarme ¿no lo escuchaste? ¡No me quiere! Y ahora menos por cortarme pero ¿sabes? Ya no me importa
-sé que todo esto lo haces por (tu nombre), los meses que le quedan no son suficientes para ti y lo entiendo, bill pero no te mates solo porque ya no estarás con ella.
-¡MESES! Pff ya quisiera que fueran meses- mi voz se hace entrecortada y siento como en mi garganta se forma un gran nudo. –Gustav…son días…le quedan días…no meses ¡DÍAS!- respiro hondo, no quiero llorar.
-D... ¿Días? Pero…no juegues bill, mes estas tomando el pelo ¿verdad?
-no jugaría con ello nunca ¡NUNCA!
Gustav rascó su nuca y su cara empezó a hacerse roja, estaba al borde de llorar pero al parecer hacía lo mismo que yo: hacerse el fuerte.
-Bill, yo…lo siento, lo siento en serio…
-ya no importa…- me levanto con yosai y salgo al balcón; el aire estaba fresco y pegaba fuerte en mi cara, cierro los ojos para sentir a este penetrarme en la piel. Afuera era un día perfecto para salir, perfecto para que (tu nombre) y yo saliéramos juntos. Gustav se acerca –Bill, ¿Tú estás bien? Es decir, ¿tu herida está bien?- le note un poco nervioso pero aun así contesté -si- mire mi herida ya no sangraba tanto.

Georg llego a donde estábamos.

-Gustav, es hora de irnos.
-¿Ahora?- deseaba que se fuera para desahogarme solo, desde pequeño cuando tenía un problema o ganas de llorar, prefería hacerlo solo, en compañía de la sola y pura oscuridad….al menos cuando mama no se encontraba en casa.
-Sí, tenemos que irnos- gustav me miro  –adiós, bill espero que todos estén bien- hice un intento por sonreír pero lo único que salió de mis labios fue un suspiro.   –gracias Gus, que estés bien. Adiós Georg.- georg sonrío y los dos salieron de ahí.


Tampoco quería ser mal educado y los seguí para acompañarlos a la puerta; saliendo del estudio me encontré con la puerta de mi recámara abierta, mire dentro de ella y estaba (tu nombre) mirándose al espejo en el baño.
Sonreí, era extraño como solo con mirarla, podía hacer que una sonrisa se formara en mi rostro. Sigo caminando hasta llegar a la puerta, mis dos amigos voltean y se despiden, les respondo y en cuanto entran al auto, cierro la puerta, regreso a mi recámara y acuesto a yosai en su cuna.

Camino hacia donde estaba mi ángel, y la abrazo por la espalda; ella me mira sin sonreír, recargo mi quijada en su hombro atrayéndola más a mí. (Tu nombre) toma mis manos y las quita de su vientre.

Me siento mal por lo que hizo y de apoco mis lagrimas iban tomando su lugar para salir. Ella se da la vuelta y me mira seria, no sé qué hacer, ¿por qué hiso eso? Tal vez (tu nombre) tampoco me quiere…

No tenía las agallas para mirarla a los ojos, dejé caer mi mirada a mis pies nuevamente y me di la vuelta para salir de ahí. Esperando que (tu nombre) me dijera algo, camino fuera del baño; baje las escaleras y Salí al jardín con las únicas personas que me querían pasara lo que pasara, y era extraño decirles personas a mis mascotas pero, yo siento que ellos me comprenden de alguna manera. Ellos se acercaron a mí moviendo su cola, lamiéndome la cara, a veces sacaban pequeños chillidos; los abrazó, tal vez yo solo me quería sentir querido por alguien.

Me recuesto sobre el pasto cerrando los ojos, de alguna manera yo ya no me sentía bien, me sentía solo…sentía que yo ya no valía lo que una persona vale. Ya no quiero llorar y sentir que a nadie le importe lo que siento, no quiero que la persona que amo empiece a dejar de tener interés por mí, que mi hermano ya no muestre que me quiere o que mama este decepcionada de mí.

By tom

No escuche algún otro ruido en la casa y me levanto de la cama; abrí la puerta lentamente intentando no hacer ruido alguno, no escucho nada, ¿será que se fueron? Voy en camino a las escaleras para asegurarme de que se habían ido. En el estudio, ya no está bill, pero en su recamara esta (tu nombre). ¡(TU NOMBRE)! Me acerco a ella que tenia a yosai recostada a su lado mientras ella parecía que miraba la ventana.

-(tu nombre) ¿Qué haces aquí sola?- me mira un poco espantada.
-solo estoy aquí con mi hija.
-¿Dónde está mi hermano?- bajo la mirada y mordió su labio inferior.
-creo que bajo.
-¿estás bien?- asintió. –bueno, voy a buscarlo ¿sí?-
-bueno…



Algo tenía (tu nombre) pero no me detuve a preguntar más; baje pero bill no estaba en la sala o en el comedor, tal vez está comiendo; voy a la cocina pero Bill tampoco está. No me queda de otra más que el jardín, si no es que se salió.

-¡Bill!- camino por todo el jardín pero no lo encuentro ¿Dónde puede estar?-¡BILL, DONDE ESTÁS!- vuelvo a gritar pero no obtengo respuesta; camino un poco más al fondo del jardín y veo un bulto en el pasto, voy corriendo hacia este asustado seguro que era Bill, no podía ser alguien más.

-¡Bill, hermano! ¿Estás bien?- se sentó y me miro serio. -¿te hiciste daño?- Me incline a su lado.

Hizo una mueca enojado y se levantó del pasto sin quitar esa mirada de mí.

-¿pasa algo?- siguió sin contestar y se fue caminando. Me pare para detenerlo pero el solo me volvió a penetrar con esa mirada y siguió su camino dentro de la casa.

Lo seguí haciendo que se detuviera pero eso lo entendió como al tercer grito.

-¡qué quieres!- me dice bruscamente.
-hermano, quiero hablar contigo ¿puedo?
-no, no puedes no me hables ¡no me hables nunca!
-por favor, bill lo necesito
-¡no!- volvió a dame la espalda y subió las escaleras rápidamente, yo lo seguía: el al llegar al estudio me miro y acto seguido vi sus intenciones de cerrarme la puerta en la cara pero yo la detuve rápido y me miro aun mas enojado.
-¡déjame, Tom! ¡Déjame!-
-no, bill quiero hablar contigo, por favor déjame hacerlo
-te he dicho que no, no quiero que me hables más ¡ya no!
-eres mi hermanito, por favor, por favor, por favor ¿sí?- hasta ahora me he dado cuenta que con Bill siempre me comporto como un idiota.
-¡¿Qué quieres, tom?! No quiero que me digas lo que sé que no tengo que hacer
-no bill, quiero…quiero pedirte…perdón
-pff, ¿perdón?- asiento – ¿en serio?- se hizo un tic en su labio, asomándose sonrisa que él no quería que saliera.
-yo soy el que te tengo que pedir perdón, tom lo siento nunca debí mentirte.
-eso ya no importa, bill.

Bill dejó que la sonrisa saliera y se abalanzó hacia mí dándome un abrazo que respondí al segundo.

-tom… (Tu nombre) ya no me quiere- susurra bill en mi oído, lo deje de abrazar y lo mire confundido. -¿Cómo que ya no te quiere?- bajo la mirada y tomo su antebrazo –la abrace y ella… ella hizo que la dejara de abrazar…- mordió sus labios a punto de llorar.
-no, hermanito seguro hay alguna otra respuesta para lo que hizo, habla con ella- asintió sin mirarme. –Está bien, lo haré ahora.-

By (tu nombre)

Bill entró a la habitación y caminó hacia mí lentamente.


-(tu nombre)
-¿Qué pasa, bill?
-quieres… ¿quieres salir conmigo?
-claro.- sonreí
-vamos a caminar, ¿sí?- asentí sonriendo y seguí a bill cargando a yosai.
Salimos de la casa y nos metimos a su carro.
-bill, ¿puedes ayudarme a llevar la silla?
-claro que si- sonrió y entró a la casa por la ella, la metió al carro y lo encendió.
-¿sabes? Quiero llevarte al parque donde mama me llevaba.
-¿en serio?- bill asintió sonriendo.

Aquí en Alemania al parecer había muchos parques, me gustaba que Bill me llevara a ellos y que me platicara las historias que hacia cuando era un niño.
Llegamos y Bill se bajo dándole la vuelta al carro y me abrió la puerta.

-gracias, bill- bill sonrío- ¿usarás la silla? –asentí, últimamente no podía mantenerme en pie sin sentir mareos.

Bill sacó la silla del carro y me ayudo a sentarme en ella; Cargue a yosai en mi regazo. Bill cerró la puerta del carro y empezó a empujar la silla.

-es lindo aquí.
-sí, aun se conserva lindo, aun que, hace unos años no había nada de basura.
-pero es lindo, las flores son hermosas ¿no crees?
-si… mama cortaba de las blancas para mi…
-¿en serio?- miré a Bill y asintió.
Me llevaba hacia el pasto, casi no había cemento, todo era pasto, flores y árboles.
-¿sabes? Cuando era pequeño y estaba triste, siempre quería estar solo, con las luces apagadas bajo las cobijas pero, algunas veces, mama me traía aquí, y me subía el ánimo.

Bill se sentó en el pasto sonriendo.

-me decía “¿y ahora porque llora mi príncipe?” acariciaba mi cabello y hacia que me recostara en su pecho, me decía que fuera lo que fuera, se iba a arreglar, y si no fuera así, ella siempre estaría conmigo. Me miraba y quitaba las lágrimas de mis ojos diciendo “un príncipe no debe llorar, no te dejes vencer por los que te hacen daño porque los que te lo hacen, envidian que aunque tú no seas un príncipe por lo material, lo eres por tus sentimientos”, siempre hacia que sonriera aun que pensaba yo que no lo lograría

Suspiro y encogió una rodilla hasta su pecho rodeándola con su brazo.

-cortaba una flor, de estas que están ahí- apunto unas flores blancas muy grandes y hermosas. –y me la daba diciendo “¿sabes bill? Una flor puede ser hermosa por fuera ¿te gusta?” asentía tomando la flor y volvía a decir “pero por dentro es dañina, nunca te fijes en el exterior como todos lo hacen, hazlo por el interior. A mí no me importa como vistas, siempre te voy a querer pase lo que pase”

Bill cortó una de las flores y cerró los ojos sonriendo.



-¿sabes? Nunca entendía su historia sobre la flor, pero con solo decirme que me iba a querer siempre, hacia que mis fuerzas subieran. Una flor puede ser hermosa por fuera pero, ¿sabes cuál es la flor que es hermosa por fuera y por dentro?
-¿cuál?- pregunto mirándole a los ojos.
-tú, tu eres la flor más hermosa, (tu nombre).
-jaja ¿yo?- bill asintió hincándose a un lado de la silla.

Tomo la silla y me llevó a recorrer el parque, iba mostrándome y contándome cada una de las historias que había pasado en el. Apuntaba toda clase de flores que tenían su historia y la pequeña laguna donde Tom y el jugaban.
Nos paramos en unas bancas de madera que estaban solas, parecía desierto en ese lugar no había ni siquiera una pareja ahí más que nosotros.

-¿aquí que es?
-aquí, era el mejor escondite que alguien pudiera crear.
-pero, ¿Dónde te escondías?
-aquí- se escondió tan rápido que no pude fijarme bien donde era que lo había hecho. -¿Bill?- miraba a todas partes  pero no lo encontraba. -¿Dónde estás, Bill?-
Tapan mis ojos y di un salto, sentí como se daba la vuelta frente a mis rodillas sin destaparme los ojos. -¿Bill?- no contestó pero si destapó mis ojos.

Sonreí, estaba Bill sonriendo dejándome ver sus dientes, últimamente no lo había visto sonreír así y me hizo sentir muy bien.
-adivina que tengo para ti- odiaba las sorpresas pero a la vez me hacían sentir intriga por saber lo que era. -¿Qué es?- se hincó frente a mí. –Cierra los ojos.- eso hice y sentí algo húmedo en mis rodillas. –Listo, ¡ábrelos ya!- los abro y miro hacia mis rodillas, había una rosa roja en ellas. -¿te gusta?- la tome en mis manos y aprecie su olor, era recién cortada y aun tenía su olor impregnado.
-me encanta, bill ¿Cómo fuiste por ella tan rápido?
-¿quieres saber?- asentí
-mira, vamos- me llevó más adelante, ¡Era hermoso! Estaba un jardín casi repleto de esas flores tan hermosas, estaba combinada con rosas y margaritas.
-Bill, ¡me encanta! ¿Cómo encontraste este lugar?
-tom me lo enseño.
-es hermoso.
-si…- las rosas bailaban con el viento y el sol hacia que brillaran con las pequeñas gotitas que estaban en ellas.

Bill se puso en cuclillas a mi lado observando las flores y el pasto.

-siempre quise venir a un lugar como este con la persona que amara, pero este lugar lo tenía en el olvido…tu me hiciste recordarlo.
-bill, te amo.
-yo te amo más.

Sentí un filo apuñalarme en el estomago, ganas de llorar y una melancolía terrible.

-bill, ¿puedes prometerme algo?- me miró aun sonriendo.
-lo que sea- poso su mano en mi rodilla.
-quiero que me prometas que nunca vas a dejar de buscar lo que quieres.
-no entiendo…- tomó la manita de yosai acariciándola con el pulgar.
-si…vas a seguir amando, quiero que encuentres a alguien que te ame y ame a yosai…quiero que sigas tu familia, que ames a ella como yo te amo a ti.

Bill se levantó y me miró confuso.

-no me puedes pedir esto, (tu nombre).
-por favor, bill quiero que los dos tengan a alguien que los ame.
-no… ¡no me pidas eso (tu nombre)! ¡No me pidas eso!
-bill, tienes que seguir con tu vida, quiero que ames a alguien.
-yo ya amo a alguien ¡te amo a ti y solo a ti!
-pero, alguien tiene que reemplazarme, ella tiene que cuidar a yosai y hacer que tú te sientas amado.
-no voy a reemplazarte nunca, no voy a amar a alguien como te amo a ti.
-bill, por favor, entonces promete que vas a ser feliz aun que no esté más.
-yo…
-por favor, prométeme que donde sea que yo esté, por más lejos que estemos, voy a ver otra vez tu sonrisa, quiero verte en mi tumba diciéndome que eres feliz con otra persona, que la lleves a ella junto con yosai y me digas que ya formaste tu familia de nuevo, que la amas. Quiero verte sonreírle a ella, quiero ver tu sonrisa.
-(tu nombre)….

By bill
-por favor, bill.
-yo no puedo… no me pidas eso… por favor (tu nombre).

Mis ojos estaban luchando con las lágrimas, pero me había prometido no llorar 
frente a ella.

-bill, yo solo quiero que estés feliz, es así como podré descansar en paz, quiero que tu sonrisa vuelva y quiero que la lleves a tu casa y sean felices, si es posible tener un hermanito para yosai.
-no digas eso (tu nombre)….vamos a estar juntos siempre ¡siempre! No es necesario que te prometa eso.
-bill, los dos sabemos que eso no va a pasar, solo quiero verte feliz.
-yo…yo soy feliz…contigo.
-te amo, bill. Por favor, promete que vas a ser feliz, que vas a olvidarme, vas a hacer una nueva vida como si yo jamás hubiera existido.
-¡no! (tu nombre)…no me pidas que te olvide…podre tener otra mujer, otro hijo, podré casarme y hacer mi familia, podré amar a ella y a nuestros hijos pero…por… por favor… ¡no me pidas que te olvide! ¡Eso no!


Yo no pude hacer nada más que llorar, había roto mi promesa pero el que me dijera eso hacía que me sintiera tan débil.




capitulo 73


By bill
Abrí los ojos de golpe al escuchar la voz de un hombre por todo el lugar.
Al ver que estaba en el hospital no pude sentirme de otra manera más que triste y sin muchos ánimos.


Al salir de mis pensamientos y sentimientos mire que estaba casi sobre tom, el me estaba abrazando y yo estaba dejando casi todo mi peso en su costado, me pregunto cómo no despertó o se le hizo incomodo dormir así porque, estaba dormido profundamente.
Me levante cuidadosamente, intentando no despertar a tom al quitar su brazo de mis hombros. Me levante con yosai y me dirigí al baño; estaba vacío y eso era mejor para mí. Me mire al espejo, me veía horriblemente cansado pero, no le di mucha importancia a como me miraba. Abrí la llave y deje que el agua fría corriera por mis dedos, tome un poco de esta en mis manos y la lleve a mi cara para despertar mejor; después, lleve mi playera hasta mi cara y seque los restos de agua que habían quedado en ella.
Salí del baño y regrese al sillón con tom, aun seguía dormido y podía escuchar algunos suspiros salir de su nariz fuertemente. A esa hora casi todos estaban dormidos ahí, excepto una pareja y yo.
Una voz se escucho diciendo “los familiares de la señorita (tu apellido)” y mi corazón empezó a latir rápidamente, sentí un escalofrió recorrer todo mi cuerpo –“los familiares de la señorita (tu apellido)”- ¡dios! ¿Y si no es mi (tu  nombre)?
-tom…tom- moví un poco desesperado a tom y despertó.
-¿Qué pasa?- me dijo adormilado y confundido
-creo que pasa algo con (tu nombre)
-¡¿Qué?!- se exalto demasiado, creo que las palabras que dije no fueron las adecuadas.
-ven
Tom y yo nos levantamos y fuimos hacia el mostrador, de donde venia la voz.
Estaba un doctor de tés blanca y ojos verdes mirando cómo nos acercábamos. Se levanto rápidamente y nos miro a tom y a mí.
-¿son ustedes los familiares de la señorita (tu apellido)?
-sí, somos nosotros ¿¡pasa algo con (tu nombre)!?- pregunto tom un poco alterado.
El doctor sonrío y tomo el brazo de tom.
-tranquilo, ¿podría hablar con ustedes?
Tom trago saliva e intentando sonreír, asintió. El doctor agradeció y nos pidió que lo siguiéramos. Nos sentamos en un sillón, el se miraba muy tranquilo, al parecer no iría a contarnos algo muy malo.
-bueno, lo que tengo que decirles, al parecer les alegrara un poco el día
Alégrame un poco el día, sería si me dijeran que mi hermosa viviría por al menos 2 años más conmigo.
-bueno, ella ahora está estable, aun se siente mal pero hace unos minutos despertó. Me dijeron que le quedaba poco de vida y lo menos que podemos hacer es dejar que valla con ustedes, no querrán pasar todo el tiempo aquí encerrados ¿no es así?

Tom asintió y una pequeña sonrisa se asomo por sus labios, la verdad es que yo no tenía ni siquiera una buena mirada que mostrar a otras personas, no me sentía bien y el que me dijeran que (tu nombre) se podría venir con nosotros no cambiaba casi nada es decir, estaría con ella, que es lo que más quiero pero, no estaría conmigo todo los días de nuestra vida.
-miren, ahora solo le tendremos que inyectar unas cuantas cosas
-¡no! ¡A ella no le pueden dar medicamento!- me altere, ¿Cómo era que no supieran que no podía tomarlo? ¡Se pondría peor!
El doctor me miro con una sonrisa ¡¡¿¿pero que era tan gracioso??!!
-tranquilo, no es un medicamento dañino es solo suero, para que recobre vitaminas, no le pasará nada malo- suspire, al parecer había sido un estúpido por dudar del trabajo de unos expertos –si gustan, pueden ir a casa a darse un baño o ir a comer algo fuera de aquí, es claro que no es lindo estar en el hospital- dijo sonriendo amablemente. En realidad si quería darme un baño y salir de aquí pero, eso significaba separarme de (tu nombre) y yo no quería.
-está bien, gracias doctor- tom sonrío al doctor y este se levanto al igual que mi hermano.
-no hay de que- y se retiro sin más.
-vamos, bill
- ¿a dónde?
-dijo que podríamos ir a darnos un baño, ¿no quieres?
-no…
-¿Por qué no?
-no quiero separarme de (tu nombre), no voy a ir
-bill, por favor, al menos vamos a comer ¿tampoco quieres?
-no, no quiero ir a ninguna parte, tom.
-bill, tienes que comer algo, no has comido desde ayer en la mañana.
-no me importa, comeré cuando (tu nombre) salga de aquí.
-bill, vamos ¿sí?
-que no tom, no quiero ir.
-hermanito, se que la quieres y quieres estar todo el tiempo con ella pero, también tienes que comer y salir conmigo, por favor
-tom, habrá tiempo para salir los dos juntos, ahora quiero quedarme con (tu nombre)
-bueno…- dio la vuelta y fue al sillón a recoger su chamarra negra, se la colocó y acomodo la gorra que había en esta; después regreso y me miro.
-¿seguro que no quieres venir?- lo pensé por un momento, en realidad tenía mucha hambre y quería darme un baño. Además, había sido muy malo con tom estos días, no había prestado mucha atención a lo que me decía pero, ¿si pasaba algo con (tu nombre)? –bueno, bill, me voy-  se dio la vuelta de nuevo y comenzó a caminar.
-¡Tom!- me miro serio. –sí quiero ir contigo- saco una sonrisa de sus labios y regreso a donde yo estaba sentado. -¿en serio?- asentí y me levante con él.
Caminamos hacia la puerta del hospital y en el estacionamiento buscamos el carro de tom. Cuando lo encontramos, subimos en él y nos dirigimos a casa.
Subimos y entramos a nuestros respectivos cuartos y nos dimos una ducha, no quería demorarme mucho tiempo pensando que (tu nombre) podría estar mal ahora pero, esta vez quise poner un poco de maquillaje a mi cara ya que, me veía cansado y no quería que (tu nombre) me viera mal.
Puse una playera blanca y unos pantalones negros con unas botas del mismo color, lleve una chamarra puesta.

Salí de mi recamara y como tom aun no salía, aproveche en bañar a yosai también. Poniéndole un vestido azul cielo  con unas mallas blancas.
Tom había salido ya usando unos pantalones de mezclilla oscura con una playera negra y sobre esta, una camisa de vestir color vino con negro,
esta la dejo abierta haciendo que la playera negra se viera.
-¿listos?- pregunto intentando animar un poco la situación.
-si- intente sonreír pero no sé por qué  razón, la sonrisa no quería salir.
-bueno, ¿A dónde quieres ir a comer?
-tom, creo que es mejor que regresemos al hospital.
-bill, era más importante que comieras a que te ducharas, me lo hubieras dicho.
-pero, no quiero comer. –tom suspiro un poco molesto.
-hermano, entiéndelo, tienes que comer y tu hija también.
Cierto, mi yosai tenía que comer pero, en serio yo no tenía hambre…o eso es lo que quería creer.
-tom, te dije que no tengo hambre.
-pues si quieres no comas tu, pero yosai tiene que comer. La llevare yo.
-está bien.
Pase a yosai a las manos de tom y baje para sacar la comida de yosai.
También fui a darle de comer a los perros, seguro ellos si tenían hambre.
-listo, aquí está la comida de yosai. –tom tomo la bolsa de tela blanca donde se encontraba la comida.
-vamos- se dio la vuelta y camino rápidamente hacia el carro; lo seguí y los dos entramos a este, tom paso la bolsa al asiento trasero y después paso a yosai a mis piernas, puso el cinturón de seguridad y arranco el carro.
Llegamos al hospital y tom freno sin apagar el carro o meterse al estacionamiento del hospital. Me miro y cargo a yosai.
-listo, ya puedes irte- lo mire confundido, tom estaba enojado.
-pero, ¿Tu no bajas?
-no, yo tengo hambre y también le daré a tu hija.
Pff ¿se había enojado porque no quería comer? Bueno, yo prefiero estar con (tu nombre). Ahora no quiero comer; así que Salí del carro y cerré azotando la puerta.
Tom rápidamente se fue.

By tom

Odiaba que bill no comiera, en realidad me preocupaba mucho por el, podría agarrar una enfermedad si no cuidaba su cuerpo.
Fui a un restaurante de comida rápida, podría ir comiendo en el camino de regreso al hospital. Pedí mi comida y también pedí algo para mi hermano, pedí una pizza ya que es algo que le gusta demasiado.
Tardaron un poco en darme la comida, pague y fui a estacionarme para darle de comer a yosai.
Bill había puesto una papilla de manzana y un biberón con agua caliente.
Yosai apenas era una bebe pero ahora ya podía sentarse sin ayuda de alguien así que, eso fue más fácil para mí.
Abrí la papilla y con la pequeña cuchara rosa tome un poco de esta y se la di a yosai. No la comió, me volteaba la cabecita de una manera tan graciosa y linda.

La senté sobre mi regazo, e intente volver a darle pero me hacia muecas, parecía que no le gustaba lo que su papi le había puesto para comer.
Tome el biberón y puse dos cucharadas de leche en polvo, en verdad no sabía cómo se hacía esto y ¿sin instructivo? Seguro no sería bueno con mis hijos, si es que llego a tener. Había visto que bill después de poner la leche ponía de esta en su dedo y la probaba ¿para qué? No tengo idea. Así que, eso hare ¡puaag! ¿Esto es lo que yo tomaba de niño? Espera, bill agitaba la leche ¡claro! Como olvide eso. La agite y la probé de nuevo, seguía sabiendo mal pero al menos mejor que la primera vez.

Esta vez yosai si tomo de su biberón.
Cuando lo termino prendí el carro, en el camino me era un poco difícil comer pero al fin y al cabo lo termine todo. Regresamos al hospital Fue largo el camino o al menos para mí lo fue, Salí del carro dándole la vuelta a este, abrí la puerta y saque a yosai con cuidado, tome la comida y fuimos a la entrada, ahí estaba bill sentado con las manos entre sus piernas, moviendo estas un poco desesperado, el cabello lo tenía aun húmedo y caía pesado sobre sus hombros; mordía sus labios y miraba al suelo.

Me acerque a él pero pareció no notar mi presencia a su lado. Tire de un mechón de su cabello y volteo un tanto molesto pero al verme volvió a poner la misma cara de preocupación y la dejo caer al suelo de nuevo.
-¿estás bien?- me senté a un lado suyo. El sin mirarme asintió. –No parece, hermanito ¿Qué tienes?- me miro haciendo una mueca con la boca. –nada, estoy bien.
-te traje algo de comer- le enseñe la bolsa con comida; el solo la miro y negó.
-no, gracias
-bill, tienes que comer- estaba poniéndome de mal humor. –No tengo hambre- dejo que su espalda chocara con el respaldo del sillón y empezó a jugar con sus manos.
No iba a rogarle que comiera, al final era su salud la que empeoraría, no la mía.
El mismo doctor que se nos había acercado hace unas horas, llego con nosotros.
-hola, ¿Cómo les fue?- nunca antes había visto un doctor que fuera tan amable y pudiera al menos fingir estar feliz con todos.
-bien- conteste sin mucho ánimo, bill no se molesto ni en mirarle la cara.
-me parece bien- sonrío –ahora, les alegrara mas el día saber que la señorita ya está lista para salir- nos enseño los dientes sonriente, bill lo miro sorprendido.
-¡¿en serio?!- el doctor asintió –claro que si, ¿quieres pasar a verla?- bill asintió desesperado -¡Sí! ¡Sí!- el doctor saco una carcajada pequeña al ver a bill comportarse como un bebe –está bien, vamos- me miro -¿quieres venir tu también?- asentí sonriendo. –está bien, vamos-.



By bill

Nos llevo a un cuarto. Abrió la puerta, estaba muy entusiasmado por ver a mi ángel  pero aun la sonrisa no salía, no podía salir por más que yo quisiera.
Lo que vi no me dejo muy contento, es decir, estaba demasiado feliz por estar con mi ángel pero, ella se veía mal, se miraba triste y estaba muy pálida, al parecer lo pálido se le quedaría siempre, tenía unas grandes ojeras y sus ojitos se le miraban cansados y un poco apagados y tenía unas manchas, como unos moretones por casi todo lo que podía mirar. Aun así, para mi ella seguía siendo la persona más hermosa de este mundo, la única mujer por la que daría la vida.
-bueno, ella ya puede salir de aquí- dijo ese doctor con tal sonrisa que si no hubiera sido porque no estaba de muy buen humor, habría sonreído igual.
-¿ella…ella ya está bien?- pregunto tom preocupado.
El doctor asintió.
-sí, ella ya puede irse, está bien y sana. El suero le devolvió muchas vitaminas.
-¡gracias, doctor!- dije sacando un pequeño grito.
-no hay de que- tome su mano y la apreté con las pocas fuerzas que me quedaban en señal de un gracias. En serio estaba muy agradecido con él.
El solo sonrío y ayudo a (tu nombre) a bajar de la camilla, ya tenía su ropa puesta y su cabello estaba un poco despeinado.
Me quede mirando sus ojos, que aunque no tenían tanta luz como hace unos meses, seguían siendo los ojos más hermosos.
Dicen que los ojos son las ventanas del alma, y los suyos, me enseñaban más que su alma; podía ver como se sentía y lo que pensaba.
-bill- dijo acercándose a mí caminando lentamente
Lo único que hice fue darle un abrazo. La extrañaba demasiado.
-¿tenemos que firmar algo?- pregunto tom mientras cargaba con más fuerza a yosai.
-no, así está bien. Pueden irse- dijo amable, sin quitar esa sonrisa. No entendía como podía mostrar esa sonrisa a cada segundo. Y es ahora cuando entiendo porque una sonrisa podía arreglar el día.
Agradecimos al doctor y regresamos al carro de tom. (Tu nombre) se sentó en el copiloto, a un lado de tom; y yo me fui atrás con mi hija, estaba muy despierta jugando con los cordones que salían de mi chamarra.

-(tu nombre), ¿tienes hambre?
-…no, tom- sonrío con esa hermosa sonrisa que solo ella tiene.

Después de eso, nadie hablo en el camino.
Llegamos a la casa y tom se estaciono. Cargue a yosai y abrí la puerta para salir; abrí la puerta de (tu nombre) y la ayude a bajar, ella sonrío sin enseñar los dientes y miro al suelo.

-gracias- la tome por la cintura y cerré la puerta. Nos adentramos a la casa y fuimos directo al cuarto.
-¿te sientes bien, linda?
-ehh…si, ¿por qué?
-no sé, estas diferente, no has hablado casi nada.
-ahh, eso mira, es que no tengo mucho ánimo, me duele la garganta.
-¿mucho?- negó. –Bueno, si quieres descansa- me miro y no hizo nada más que acostarse en la cama; yo la imite acostándome con yosai a su lado.
-¿y, tu?- la mire.
-¿yo qué?
-¿te sientes bien?- no. La verdad es que no me sentía nada bien pero, no quiero preocuparla.
-sí, solo estoy cansado.
-¿de nuevo vas a decir que estas cansado? Bill, no quiero ser mala pero, siempre te excusas con lo mismo.
-bueno…- suspire. –en serio estoy cansado, ahora si es verdad
-está bien, te creo.- se dio la vuelta mirando hacia la pared- voy a dormir ¿está bien?
-sí, claro. Descansa, linda.- tome a yosai y la acosté en la cuna, al parecer ella también tenía sueño.
Regrese a la cama y me acosté a su lado.
-yo… ¿puedo abrazarte?- volteo a mirarme y asintió sonriendo. Me puse en la misma posicion que ella y la rodee con mi brazo derecho; (tu nombre) se apego mas a mi pecho y entrelazo nuestras manos.

En muy poco tiempo ella ya estaba dormida, parecía no hacer ningún sonido, parecía que no respiraba; estaba durmiendo como un angelito. No puede ser que esto llegue a terminar algún día. No quiero que nada de esto termine.



By (tu nombre)
El sol pego fuerte en mi cara e hizo que despertara, empecé a marearme, seguro había sido por despertarme tan de golpe.
Volví a acomodarme para dormir de nuevo. Bill se acomodo aun abrazándome y Un gran suspiro choco contra mi cuello al momento en que termino de acomodarse.
Era tan lindo sentir su respiración tan cerca mío, no podía mirarlo pero el solo imaginarme su carita hacia que sacara una sonrisa.
Me levante con cuidado procurando no despertar a bill pero, con solo moverme, bill ya tenía sus ojitos abiertos.
-¿te sientes bien (tu nombre)?
-sí, vuelve a dormir
-no, yo quiero estar contigo
-aquí me quedo, pero duerme ¿sí?
Bill sonrío y cerro sus ojos lentamente, empezó a acariciar su cabello como para arrullarse; quite su mano y yo hice el trabajo de bill.
Su cabello era tan suave y largo, en tan solo unos segundos, bill ya estaba suspirando de nuevo, con sus labios separados, sus suspiros eran pesados; sacaba el aire bruscamente.
Deje de acariciar su cabello y me quede mirando como dormía pero de un momento a otro sentí ganas de devolver el estomago. Si me levantaba y bill escuchaba que estaba devolviendo, volvería a preocuparse y eso es lo que menos quiero.

Tuve que levantarme y bill volvió a abrir los ojos preocupado.

-¿Qué pasa?
-n…na…nada bill….duerme
-no, dime que es lo que pasa
-nada…en serio, voy por un vaso de agua…ahorita regreso ¿sí?
-está bien- sonrió y volvió a acostarse.
Baje lo más rápido que pude apretando mi cuello para que no fuera a desechar todo por las escaleras. Abrí rápidamente el baño y lo cerré con seguro. Me hinque frente al excusado e intente de todo por devolver pero por más que intentaba no podía.
Metí los dedos hasta mi garganta pero no sirvió de nada.
Me levante y lave mis manos. Salí del baño y estaba bill parado frente a él.
-¿venias por un vaso de agua?
-si…pero…pero…primero entre al baño
-te siente mal ¿verdad?- bajo la mirada un poco triste.
-no, estoy bien, en serio
-bueno- sonrío y me tomo por la cintura.
Tom bajo por las escaleras y se detuvo a un lado nuestro.
-hola- sonrío sin mostrar los dientes
-hola- conteste con una sonrisa también.
-¿desayunamos?
-está bien- tenía hambre, tal vez era eso y no eran ganas de devolver.
-…no- se escuchó la débil voz de bill.
-como que no, bill. No has comido nada desde hace dos días.
-no tengo hambre, tom.
-eso es mentira, tu nunca habías perdido el apetito tan de pronto, vas a comer algo
-¡no tengo hambre, tom¡ ¡no tengo!
Tom suspiro y puso los ojos en blanco
-está bien, ¿vamos?- me miro intentando mostrar una sonrisa
-bueno
Seguí a tom hacia la cocina y ahí nos preparamos algo para comer.

By bill
Regrese a la recamara con mi hija.  No me sentía muy bien y luego todavía tom quería obligarme a comer pff ¿Por qué no se da cuenta que es mi cuerpo? ¡No el suyo!
Cargue a yosai aun dormida, me pregunto ¿Cómo podría ser un buen padre? Está claro que yo amo a esta niña pero, son (tu nombre) yo…yo no creo poder ser buen padre.
Me siento en la cama mirando a mi hija dormir, y mientras más la miraba más ganas de ser alguien como ella me daban.
Escuche pasos por las escaleras, alguien subiendo con los pasos pesados. No podía ser nadie más que mi hermano. Sentí que apretaban mi pecho al momento que hacia mis dientes rechinar, seguro es coraje lo que siento.
Ya no podía ver a mi hermano sin sentir coraje y no sé porque.
Entro a mi cuarto mirándome serio.



-bill, tu y yo tenemos que hablar
-¿hablar?- tom asintió. -¿de qué?- pregunte, aunque supiera que seguramente sería por no comer o por mi mala actitud de hace dos días.

-bill, ¿Qué es lo que te pasa?, si no comes lo único que vas a hacer es que (tu nombre) se preocupe por ti.- ¡claro! Por no comer pff
-¿Por qué se preocuparía por mi? No es de otro mundo el no comer
-no, pero tú lo haces no porque no tengas hambre.
-¿ah no? Entonces ¿Por qué lo haría?- me miro serio, entrecerrando los ojos.
-no sé, para llamar la atención, por orgullo ¡qué sé yo!
-¡Ja! No lo haría para llamar la atención, y el que hace cosas por orgullo no es nadie ¡más que tú!
-bill, solo entiende que me preocupo por ti, que (tu nombre) se preocupa por ti
-tú no te preocupas por mí, ¿sabes? Quiero estar solo ¿sí?
-no
-¡vete!, no quiero estar contigo- apretó los dientes y al momento, también apretó las sabanas que aún estaban revueltas. –me voy, pero luego no estés pidiéndome ayuda cuando te enfermes- se levantó de la cama y se dirigió a la puerta cerrándola con un portazo. El coraje que tenía hace un momento cuando subía las escaleras se convino con el que sentí al dejarme hablando solo y lo saque con un grito que posiblemente no escucho -¡NO LO HARÉ!- suspire cansado, no quería estar con él, no quería estar con nadie, quería que se tragaran a todos y me dejaran solo en el mundo ¡solo sin ninguna preocupación!
Me levante de la cama de una manera brusca, pero aun así, yosai no despertó. Camine de un lado a otro tratando de que el coraje se esfumara. De pronto la vista se volvió borrosa, sentí un nudo en la garganta y estruje mi cuello  con una mano; parpadee un par de veces y sentí como las lágrimas caían lentamente por mis mejillas.
Pudo ser el coraje o, pudo también ser que estaba tan sensible que lloraba por todo. Aprieto mis puños fuertemente, siento unas ganas terribles de golpear la cara de mi hermano hasta dejarla deforme. Recordé que había prometido no llorar hasta el último día de (tu nombre) y fue por eso que limpie las lágrimas con mi antebrazo y suspire para que estas no cayeran de nuevo.

Tocaron la puerta. Desee que fuera mama, que viniera a consolarme y decirme que todo estaría bien, que me diera un abrazo y un beso en la frente como solía hacer cuando éramos pequeños. Me asomo por la ventana creyendo que por un momento mis pensamientos fueran verdad y que fuera mama pero, por mi mala suerte, estaban gustav y georg parados frente a la puerta. No era lo que quería pero eran mis amigos, y seguro que gustav o georg me ayudarían a intentar calmarme ¿no es así?
By tom


Abro la puerta y me encuentro con mis dos grandes amigos, pude sentirme aliviado de no tener que lidiar con bill yo solo.
-hola, tom- dijo gustav sonriendo ampliamente
-hola, gustav. Hola, georg- digo con ánimo, en serio me hacia bien verlos.
Los deje pasar y saludaron a (tu nombre), preguntan por bill y al contarles lo que pasaba, georg puso la misma cara de preocupación que siempre.
Me había dicho que bill podía acabar sufriendo demasiado si seguía en ese estado pero, ¿Qué puedo hacer yo? No me escucha y siempre que digo algo, se pone a la defensiva y dice que me odia, nunca creí que mi hermanito pudiera estar bajándome la moral tan pronto.
-¿puedo ir con él?- pregunta georg mordiendo su labio inferior.
-sí, si tienes suerte y te abre la maldita puerta- georg sonríe, y se levanta en camino a la escaleras. Se escucha que toca la puerta diciendo “bill, soy georg, ¿puedo entrar?” al principio no contesta nada pero al segundo toque de puerta, bill abre.
Se escuchan algunos murmullos que poco a poco se fueron haciendo gritos claro: de bill. Cruzamos miradas de morbo, los tres al parecer deseábamos ir con ellos, para escuchar mejor pero, ninguno nos movimos y esperamos.
-“¡BILL, NOO! ¡SUELTA ESO, NO VUELVAS A COMETER LO MISMO! ¡POR FAVOR     BILL! ¡ELLA TE NECESITA! ¡¿QUIERES QUE TE VEA ASI?!
-¡DEJAME, GEORG!
-¡BILL, POR DIOS, SUELTA ESO, DÁMELO!
-¡DEJAME, DEJAME!
-¡SUELTALO! VAMOS, BILL ¡DAME ESO!
…………………………………………
-¡BILL, PORQUE LO HICISTE! ¡NO VUELVAS A LO MISMO!
-¡ESTO ES LO MEJOR PARA MI!
-BILL, POR DIOS, LIMPIATE ESO…!”
Nos miramos con preocupación, todos esos gritos me dejaron con el corazón latiéndome al 1000%. Ya no podía aguantar.
-tengo que subir- digo con la voz un poco cortada por la preocupación.
-yo también quiero subir, tom- dice (tu nombre) con un tono de voz preocupado al igual que el mío.
Nos levantamos del sofá y subimos las escaleras con un nerviosismo que no puedo explicar. Abrí la puerta lentamente y…. -¡BILL!- corrí rápidamente hacia mi hermano, hincándome para quedar a su altura. -¡¿Qué te hiciste?! ¡¿Estás loco!?- las lágrimas no se pudieron contener mas, tuve que dejarlas salir, la quijada empezó a temblarme, jamás creí que bill volvería a cortarse, jamás creí que bill rompiera la promesa que habíamos hecho…
Tome la muñeca de mi hermano apretándola con el papel que georg estaba usando para limpiar a bill. Bill se quejo pero yo no pare de apretarle, tenia coraje, un coraje inmenso que me hacia querer matarlo por romper una promesa que había hecho conmigo y que le importara poco hacerlo. Si quería dolor, ¡aquí lo tenía! Gracias a que yo seguía apretando la herida cuando bill casi lloraba del dolor.
-t…tom…de…déjalo- me viro, estaba (tu nombre) al borde de las lagrimas abrazada por gustav, que acariciaba su cabello para calmarla, para consolarla. –No, me prometió que no lo haría más- enojado, apreté la herida una vez más.
-por…por favor, tom…suéltalo- lo hice, y bill dio un suspiro de alivio, mire a (tu nombre) con cara de “¿¡FELIZ!?” pero al segundo me sentí pena de que (tu nombre) tuviera que estar llorando por alguien quien no merecía las lágrimas de una persona sincera: porque bill no era sincero, ¡no era más que un puto mentiroso!
Me acerco a (tu nombre), y ella me mira a los ojos, parecía asustada, nerviosa.
-no llores, (tu nombre)- dejo caer lágrimas por sus mejillas hasta caer por su barbilla- bill no merece tus lágrimas- miro a bill enojado, el solo me miraba con tristeza, tal vez de que yo no lo ayudaba cuando se hirió, pero yo no tenía por qué ser alguien bueno cuando él no lo es. –no es más que un traidor, ¡un mentiroso!- bill mira su muñeca con decepción y después me mira a mi
-..t…tom yo…perdóname- ¡JA! ¿Qué lo perdonara? -¡no lo haré porque eres un mentiroso, me prometiste no volverlo a hacer ¡¿Qué quieres morir?! ¿eso es lo que quieres? CONTESTAME, si eso quieres yo te puedo ahorrar el trabajo ¡yo mismo te mato!- camino rápidamente hacia bill alzando mi puño, mire sus ojos que se entrecerraban para no mirar cuando lo golpeara pero, alguien jalo de mi abdomen fuertemente, conociendo esas manos estaba seguro que eran las de gustav.
-¡suéltame, suéltame!- forcejee unas cuantas veces pero, me di cuenta de que si seguía tratando a bill de esa forma, acabaría con su vida, acabaría con ella de la peor forma.