Dejo de hacer fuerzas y gustav deja de tomarme por el
abdomen.
Bill me mira con miedo, me siento mal por lo que le dije pero, nunca me escucha parece no importarle que me preocupa su salud.
Bill me mira con miedo, me siento mal por lo que le dije pero, nunca me escucha parece no importarle que me preocupa su salud.
Bill se levanta del suelo y quita a yosai de los brazos
de georg. Salió de la recamará caminando lento y con la mirada hacia el suelo,
no nos miraba.
(Tu nombre) lo tomo del brazo –Bill…- él la mira pero vuelve a dejar que su mirada caiga al suelo, Sale de la habitación y se dirige al estudio que también estaba en la segunda planta de la casa.
(Tu nombre) lo tomo del brazo –Bill…- él la mira pero vuelve a dejar que su mirada caiga al suelo, Sale de la habitación y se dirige al estudio que también estaba en la segunda planta de la casa.
-no lo tuviste que tratar así, Tom- me dice Georg serio
-¿Cómo lo podía tratar? Él me prometió que no lo volvería a hacer- trato de
defenderme, el orgullo siempre tomaba su lugar. –pero sabes que el ahora no
está bien, sabes que esta sensible ahorita y que si se corta o se hace daño, de
alguna manera tendrías que ser tu el que lo ayudara, el que estuviera con él;
no el que lo incita a seguir cortándose con sus gritos e insultos-
Me siento mal por lo que Georg me dice. Al final que
viniera no resulto del todo mejor.
-¡¿crees que yo no estoy mal?! ¡¿Crees que me parece
genial gritarle a mi hermano, o que él no cumpla lo que prometió?! ¿Sabes,
georg? Con tus palabras no lastimas a una, sino a dos personas; crees que
porque (tu nombre) no es mi novia a mi no me duele, pero déjame te digo que ¡ella
lo fue! Ella fue mi novia y sabes lo que me pasa con ella, aun así tú dices que
tengo que tratar bien a mi hermano que siempre gana lo mejor y a mí me deja
solo ¡sin nadie! ¡Como la peor persona que ha pisado la tierra!- georg me mira
sorprendido y relame sus labios –tom, no quise…- lo interrumpí -¡no! Ya basta
con tus palabras, no te quiero escuchar, piensas que porque no muestro
preocupación no me importa, piensas que porque siempre me comporto como si la vida
no me importara, no me duele nada.
Salgo del cuarto sin dejar hablar a georg, me había
guardado todo y yo solo buscaba la forma para decírselo a alguien, que me
escucharan, que supieran como me siento.
Me encerré en mi cuarto y deshice la cama para meterme en
ella y desahogarme; escuché que tocaban la puerta pero no me moleste ni en
preguntar quién lo hacía.
By bill
Georg gritaba el nombre de mi hermano tocando la puerta.
Me parece extraño pero, no quiero salir de aquí…no hasta que Georg y Gustav se
vallan de la casa.
Abren la puerta del estudio, mis músculos empezaron a
tensarse, no quería que me miraran, tenia vergüenza.
Es Gustav, camina acercándose a mí. Se detuvo frente a mí
y sonrío.
-¿estás bien, amigo?
No sabía si mirarlo a los ojos, su voz hacía creer que
sus intenciones por hablarme eran buenas así que, lo mire y asentí para después
dejar mi mirada caer al suelo.
-no estés triste, Bill seguramente tom no lo decía en
serio.- me tomo del hombro sacudiéndome para que me animara.
-tiene razón, soy un mentiroso, se lo prometí, tiene
razones para odiarme o quererme matar.- mire mi herida, hasta ahora me había
dado cuenta de que arruine mi tatuaje por completo pero, eso no importa ya.
-no, amigo no digas eso, tom solo se alteró es todo, se
preocupa por ti, no quiere que te hagas más daño.
-no se preocupa por mí, lo que le preocupa es quedarse
solo.
-¿Cómo dices eso, bill? Sabes que te quiere, y aunque no
lo creas el me lo ha dicho y supongo que a georg también, no digas que no lo
hace.
-Gustav, el me dijo que él podía matarme ¿no lo
escuchaste? ¡No me quiere! Y ahora menos por cortarme pero ¿sabes? Ya no me
importa
-sé que todo esto lo haces por (tu nombre), los meses que
le quedan no son suficientes para ti y lo entiendo, bill pero no te mates solo
porque ya no estarás con ella.
-¡MESES! Pff ya quisiera que fueran meses- mi voz se hace
entrecortada y siento como en mi garganta se forma un gran nudo. –Gustav…son
días…le quedan días…no meses ¡DÍAS!- respiro hondo, no quiero llorar.
-D... ¿Días? Pero…no juegues bill, mes estas tomando el
pelo ¿verdad?
-no jugaría con ello nunca ¡NUNCA!
Gustav rascó su nuca y su cara empezó a hacerse roja,
estaba al borde de llorar pero al parecer hacía lo mismo que yo: hacerse el
fuerte.
-Bill, yo…lo siento, lo siento en serio…
-ya no importa…- me levanto con yosai y salgo al balcón;
el aire estaba fresco y pegaba fuerte en mi cara, cierro los ojos para sentir a
este penetrarme en la piel. Afuera era un día perfecto para salir, perfecto
para que (tu nombre) y yo saliéramos juntos. Gustav se acerca –Bill, ¿Tú estás
bien? Es decir, ¿tu herida está bien?- le note un poco nervioso pero aun así
contesté -si- mire mi herida ya no sangraba tanto.
Georg llego a donde estábamos.
-Gustav, es hora de irnos.
-¿Ahora?- deseaba que se fuera para desahogarme solo,
desde pequeño cuando tenía un problema o ganas de llorar, prefería hacerlo
solo, en compañía de la sola y pura oscuridad….al menos cuando mama no se
encontraba en casa.
-Sí, tenemos que irnos- gustav me miro –adiós, bill espero que todos estén bien- hice
un intento por sonreír pero lo único que salió de mis labios fue un suspiro. –gracias Gus, que estés bien. Adiós Georg.-
georg sonrío y los dos salieron de ahí.
Tampoco quería ser mal educado y los seguí para
acompañarlos a la puerta; saliendo del estudio me encontré con la puerta de mi
recámara abierta, mire dentro de ella y estaba (tu nombre) mirándose al espejo
en el baño.
Sonreí, era extraño como solo con mirarla, podía hacer que una sonrisa se formara en mi rostro. Sigo caminando hasta llegar a la puerta, mis dos amigos voltean y se despiden, les respondo y en cuanto entran al auto, cierro la puerta, regreso a mi recámara y acuesto a yosai en su cuna.
Sonreí, era extraño como solo con mirarla, podía hacer que una sonrisa se formara en mi rostro. Sigo caminando hasta llegar a la puerta, mis dos amigos voltean y se despiden, les respondo y en cuanto entran al auto, cierro la puerta, regreso a mi recámara y acuesto a yosai en su cuna.
Camino hacia donde estaba mi ángel, y la abrazo por la espalda;
ella me mira sin sonreír, recargo mi quijada en su hombro atrayéndola más a mí.
(Tu nombre) toma mis manos y las quita de su vientre.
Me siento mal por lo que hizo y de apoco mis lagrimas
iban tomando su lugar para salir. Ella se da la vuelta y me mira seria, no sé
qué hacer, ¿por qué hiso eso? Tal vez (tu nombre) tampoco me quiere…
No tenía las agallas para mirarla a los ojos, dejé caer
mi mirada a mis pies nuevamente y me di la vuelta para salir de ahí. Esperando
que (tu nombre) me dijera algo, camino fuera del baño; baje las escaleras y
Salí al jardín con las únicas personas que me querían pasara lo que pasara, y
era extraño decirles personas a mis mascotas pero, yo siento que ellos me
comprenden de alguna manera. Ellos se acercaron a mí moviendo su cola,
lamiéndome la cara, a veces sacaban pequeños chillidos; los abrazó, tal vez yo
solo me quería sentir querido por alguien.
Me recuesto sobre el pasto cerrando los ojos, de alguna
manera yo ya no me sentía bien, me sentía solo…sentía que yo ya no valía lo que
una persona vale. Ya no quiero llorar y sentir que a nadie le importe lo que
siento, no quiero que la persona que amo empiece a dejar de tener interés por
mí, que mi hermano ya no muestre que me quiere o que mama este decepcionada de
mí.
By tom
No escuche algún otro ruido en la casa y me levanto de la
cama; abrí la puerta lentamente intentando no hacer ruido alguno, no escucho
nada, ¿será que se fueron? Voy en camino a las escaleras para asegurarme de que
se habían ido. En el estudio, ya no está bill, pero en su recamara esta (tu
nombre). ¡(TU NOMBRE)! Me acerco a ella que tenia a yosai recostada a su lado
mientras ella parecía que miraba la ventana.
-(tu nombre) ¿Qué haces aquí sola?- me mira un poco
espantada.
-solo estoy aquí con mi hija.
-¿Dónde está mi hermano?- bajo la mirada y mordió su
labio inferior.
-creo que bajo.
-¿estás bien?- asintió. –bueno, voy a buscarlo ¿sí?-
-bueno…
Algo tenía (tu nombre) pero no me detuve a preguntar más;
baje pero bill no estaba en la sala o en el comedor, tal vez está comiendo; voy
a la cocina pero Bill tampoco está. No me queda de otra más que el jardín, si
no es que se salió.
-¡Bill!- camino por todo el jardín pero no lo encuentro
¿Dónde puede estar?-¡BILL, DONDE
ESTÁS!- vuelvo a gritar pero no obtengo respuesta; camino un poco más al fondo
del jardín y veo un bulto en el pasto, voy corriendo hacia este asustado seguro
que era Bill, no podía ser alguien más.
-¡Bill, hermano! ¿Estás bien?- se sentó y me miro serio.
-¿te hiciste daño?- Me incline a su lado.
Hizo una mueca enojado y se levantó del pasto sin quitar
esa mirada de mí.
-¿pasa algo?- siguió sin contestar y se fue caminando. Me
pare para detenerlo pero el solo me volvió a penetrar con esa mirada y siguió
su camino dentro de la casa.
Lo seguí haciendo que se detuviera pero eso lo entendió
como al tercer grito.
-¡qué quieres!- me dice bruscamente.
-hermano, quiero hablar contigo ¿puedo?
-no, no puedes no me hables ¡no me hables nunca!
-por favor, bill lo necesito
-¡no!- volvió a dame la espalda y subió las escaleras
rápidamente, yo lo seguía: el al llegar al estudio me miro y acto seguido vi
sus intenciones de cerrarme la puerta en la cara pero yo la detuve rápido y me
miro aun mas enojado.
-¡déjame, Tom! ¡Déjame!-
-no, bill quiero hablar contigo, por favor déjame hacerlo
-te he dicho que no, no quiero que me hables más ¡ya no!
-eres mi hermanito, por favor, por favor, por favor ¿sí?-
hasta ahora me he dado cuenta que con Bill siempre me comporto como un idiota.
-¡¿Qué quieres, tom?! No quiero que me digas lo que sé
que no tengo que hacer
-no bill, quiero…quiero pedirte…perdón
-pff, ¿perdón?- asiento – ¿en serio?- se hizo un tic en
su labio, asomándose sonrisa que él no quería que saliera.
-yo soy el que te tengo que pedir perdón, tom lo siento
nunca debí mentirte.
-eso ya no importa, bill.
Bill dejó que la sonrisa saliera y se abalanzó hacia mí
dándome un abrazo que respondí al segundo.
-tom… (Tu nombre) ya no me quiere- susurra bill en mi
oído, lo deje de abrazar y lo mire confundido. -¿Cómo que ya no te quiere?-
bajo la mirada y tomo su antebrazo –la abrace y ella… ella hizo que la dejara
de abrazar…- mordió sus labios a punto de llorar.
-no, hermanito seguro hay alguna otra respuesta para lo
que hizo, habla con ella- asintió sin mirarme. –Está bien, lo haré ahora.-
By (tu
nombre)
Bill entró a la habitación y caminó hacia mí lentamente.
-(tu nombre)
-¿Qué pasa, bill?
-quieres… ¿quieres salir conmigo?
-claro.- sonreí
-vamos a caminar, ¿sí?- asentí sonriendo y seguí a bill
cargando a yosai.
Salimos de la casa y nos metimos a su carro.
-bill, ¿puedes ayudarme a llevar la silla?
-claro que si- sonrió y entró a la casa por la ella, la
metió al carro y lo encendió.
-¿sabes? Quiero llevarte al parque donde mama me llevaba.
-¿en serio?- bill asintió sonriendo.
Aquí en Alemania al parecer había muchos parques, me
gustaba que Bill me llevara a ellos y que me platicara las historias que hacia
cuando era un niño.
Llegamos y Bill se bajo dándole la vuelta al carro y me
abrió la puerta.
-gracias, bill- bill sonrío- ¿usarás la silla? –asentí,
últimamente no podía mantenerme en pie sin sentir mareos.
Bill sacó la silla del carro y me ayudo a sentarme en
ella; Cargue a yosai en mi regazo. Bill cerró la puerta del carro y empezó a
empujar la silla.
-es lindo aquí.
-sí, aun se conserva lindo, aun que, hace unos años no
había nada de basura.
-pero es lindo, las flores son hermosas ¿no crees?
-si… mama cortaba de las blancas para mi…
-¿en serio?- miré a Bill y asintió.
Me llevaba hacia el pasto, casi no había cemento, todo
era pasto, flores y árboles.
-¿sabes? Cuando era pequeño y estaba triste, siempre
quería estar solo, con las luces apagadas bajo las cobijas pero, algunas veces,
mama me traía aquí, y me subía el ánimo.
Bill se sentó en el pasto sonriendo.
-me decía “¿y ahora porque llora mi príncipe?” acariciaba
mi cabello y hacia que me recostara en su pecho, me decía que fuera lo que
fuera, se iba a arreglar, y si no fuera así, ella siempre estaría conmigo. Me
miraba y quitaba las lágrimas de mis ojos diciendo “un príncipe no debe llorar,
no te dejes vencer por los que te hacen daño porque los que te lo hacen,
envidian que aunque tú no seas un príncipe por lo material, lo eres por tus
sentimientos”, siempre hacia que sonriera aun que pensaba yo que no lo lograría
Suspiro y encogió una rodilla hasta su pecho rodeándola
con su brazo.
-cortaba una flor, de estas que están ahí- apunto unas
flores blancas muy grandes y hermosas. –y me la daba diciendo “¿sabes bill? Una
flor puede ser hermosa por fuera ¿te gusta?” asentía tomando la flor y volvía a
decir “pero por dentro es dañina, nunca te fijes en el exterior como todos lo
hacen, hazlo por el interior. A mí no me importa como vistas, siempre te voy a
querer pase lo que pase”
Bill cortó una de las flores y cerró los ojos sonriendo.
-¿sabes? Nunca entendía su historia sobre la flor, pero
con solo decirme que me iba a querer siempre, hacia que mis fuerzas subieran.
Una flor puede ser hermosa por fuera pero, ¿sabes cuál es la flor que es
hermosa por fuera y por dentro?
-¿cuál?- pregunto mirándole a los ojos.
-tú, tu eres la flor más hermosa, (tu nombre).
-jaja ¿yo?- bill asintió hincándose a un lado de la
silla.
Tomo la silla y me llevó a recorrer el parque, iba
mostrándome y contándome cada una de las historias que había pasado en el.
Apuntaba toda clase de flores que tenían su historia y la pequeña laguna donde
Tom y el jugaban.
Nos paramos en unas bancas de madera que estaban solas,
parecía desierto en ese lugar no había ni siquiera una pareja ahí más que
nosotros.
-¿aquí que es?
-aquí, era el mejor escondite que alguien pudiera crear.
-pero, ¿Dónde te escondías?
-aquí- se escondió tan rápido que no pude fijarme bien
donde era que lo había hecho. -¿Bill?- miraba a todas partes pero no lo encontraba. -¿Dónde estás, Bill?-
Tapan mis ojos y di un salto, sentí como se daba la
vuelta frente a mis rodillas sin destaparme los ojos. -¿Bill?- no contestó pero
si destapó mis ojos.
Sonreí, estaba Bill sonriendo dejándome ver sus dientes, últimamente no lo
había visto sonreír así y me hizo sentir muy bien.
-adivina que tengo para ti- odiaba las sorpresas pero a
la vez me hacían sentir intriga por saber lo que era. -¿Qué es?- se hincó
frente a mí. –Cierra los ojos.- eso hice y sentí algo húmedo en mis rodillas.
–Listo, ¡ábrelos ya!- los abro y miro hacia mis rodillas, había una rosa roja
en ellas. -¿te gusta?- la tome en mis manos y aprecie su olor, era recién
cortada y aun tenía su olor impregnado.
-me encanta, bill ¿Cómo fuiste por ella tan rápido?
-¿quieres saber?- asentí
-mira, vamos- me llevó más adelante, ¡Era hermoso! Estaba
un jardín casi repleto de esas flores tan hermosas, estaba combinada con rosas
y margaritas.
-Bill, ¡me encanta! ¿Cómo encontraste este lugar?
-tom me lo enseño.
-es hermoso.
-si…- las rosas bailaban con el viento y el sol hacia que
brillaran con las pequeñas gotitas que estaban en ellas.
Bill se puso en cuclillas a mi lado observando las flores
y el pasto.
-siempre quise venir a un lugar como este con la persona
que amara, pero este lugar lo tenía en el olvido…tu me hiciste recordarlo.
-bill, te amo.
-yo te amo más.
Sentí un filo apuñalarme en el estomago, ganas de llorar
y una melancolía terrible.
-bill, ¿puedes prometerme algo?- me miró aun sonriendo.
-lo que sea- poso su mano en mi rodilla.
-quiero que me prometas que nunca vas a dejar de buscar
lo que quieres.
-no entiendo…- tomó la manita de yosai acariciándola con
el pulgar.
-si…vas a seguir amando, quiero que encuentres a alguien
que te ame y ame a yosai…quiero que sigas tu familia, que ames a ella como yo
te amo a ti.
Bill se levantó y me miró confuso.
-no me puedes pedir esto, (tu nombre).
-por favor, bill quiero que los dos tengan a alguien que
los ame.
-no… ¡no me pidas eso (tu nombre)! ¡No me pidas eso!
-bill, tienes que seguir con tu vida, quiero que ames a
alguien.
-yo ya amo a alguien ¡te amo a ti y solo a ti!
-pero, alguien tiene que reemplazarme, ella tiene que
cuidar a yosai y hacer que tú te sientas amado.
-no voy a reemplazarte nunca, no voy a amar a alguien
como te amo a ti.
-bill, por favor, entonces promete que vas a ser feliz
aun que no esté más.
-yo…
-por favor, prométeme que donde sea que yo esté, por más
lejos que estemos, voy a ver otra vez tu sonrisa, quiero verte en mi tumba
diciéndome que eres feliz con otra persona, que la lleves a ella junto con
yosai y me digas que ya formaste tu familia de nuevo, que la amas. Quiero verte
sonreírle a ella, quiero ver tu sonrisa.
-(tu nombre)….
By bill
-por favor, bill.
-yo no puedo… no me pidas eso… por favor (tu nombre).
Mis ojos estaban luchando con las lágrimas, pero me había prometido no
llorar
frente a ella.
-bill, yo solo quiero que estés feliz, es así como podré descansar en paz,
quiero que tu sonrisa vuelva y quiero que la lleves a tu casa y sean felices,
si es posible tener un hermanito para yosai.
-no digas eso (tu nombre)….vamos a estar juntos siempre ¡siempre! No es
necesario que te prometa eso.
-bill, los dos sabemos que eso no va a pasar, solo quiero verte feliz.
-yo…yo soy feliz…contigo.
-te amo, bill. Por favor, promete que vas a ser feliz, que vas a olvidarme,
vas a hacer una nueva vida como si yo jamás hubiera existido.
-¡no! (tu nombre)…no me pidas que te olvide…podre tener otra mujer, otro
hijo, podré casarme y hacer mi familia, podré amar a ella y a nuestros hijos
pero…por… por favor… ¡no me pidas que te olvide! ¡Eso no!
Yo no pude hacer nada más que llorar, había roto mi promesa pero el que me dijera eso hacía que me sintiera tan débil.