By bill
No tenía mucho humor para escuchar a mamá, odio cuando se
pone en ese estado, en serio no puedo aguantarla.
Salí con mi yosai, yo solo quería irme lejos pero…no
quería estar solo.
Me he sentido mal por dejar a mi angelito sola con mis padres y Tom pero, no sé, yo solo quise irme.
Me he sentido mal por dejar a mi angelito sola con mis padres y Tom pero, no sé, yo solo quise irme.
Solo caminaba con mi pequeña en brazos, no sé, como ahora
era otoño me gustaba caminar escuchando el ruido de las hojas secas, mirar
todo; yosai también miraba, parecía muy tranquila. Decidí adentrarme un poco más,
fuera de las calles y sentarme en las hojas con mi hija.
La senté en mis piernas, ella miraba el cielo, las hojas,
en realidad miraba todo, me gustaría saber qué es lo que ella piensa en estos
momentos, seguro saber que todas las personas que te rodean están mal, no te
hace sentir bien.
Tomo mi mano y empezó a sacudirla rápidamente, ella
sonreía mirándome, yo al igual que ella, sonreía. Le tome la carita dando un
beso en su pequeña mejilla y la abrace atrayéndola a mi pecho.
-te amo, yosai.- acariciaba su cabecita mientras ella se
quedaba muy quieta. De pronto sonó mi celular, sin mirar quien marcaba,
conteste.
Era mamá, se escuchaba preocupada, parecía que hubiera
llorado, me pregunto en donde me encontraba, también me pregunto por Tom, dijo
que también se había ido de casa con Bruno. Regresé al auto con mi pequeña y
Salí en busca de Tom.
Busque por los alrededores, por todos lados y no
encontraba a mi hermano, no podía ir muy lejos ya que iba con Bruno. Al final
se me había olvidado ese lugar, donde él hace unos años me había dicho que
sería el mejor escondite…nuestro mejor escondite. Aceleré dirigiéndome al
parque.
Cuando llegue, rápidamente cargue a yosai y corrí por
todo el parque buscando a tom.
-¡tom! ¡TOM!- sabía que no contestaría ni aun que le
costara la vida, así que decidí dejar de gritar y ponerme a caminar más rápido.
Llegue a las bancas de maderas y empecé a recordar aquel
día con mi hermosa, me hizo sacar una sonrisa y seguí caminando. Pase el
pequeño camino de rocas y me dirigí a nuestro escondite y como si fuera una
señal, mire un boceto, quizá era Tom... ¡claro que era Tom! Me acerque
lentamente pero Bruno al parecer me reconoció y salió corriendo a mi dirección,
Tom me miro enojado y jaló la correa de Bruno gritando su nombre. Me acerque a
Tom.
-Tom, por favor, ven.- seguía caminando, ignorándome.
–hermano, por favor.- salí corriendo y jale su playera, al parecer lo jale muy
fuerte ya que se tambaleo hacia atrás, me miro con unos ojos que me atravesaban
los sentimientos fuertemente.
-¡déjame!
-Tom, por favor, mamá está preocupada.
-¿sabes cuánto me importa ella?
-Tom…solo quiero…regresa ¿sí?
-¡no! ¡Déjame en paz!
-tom, no quiero que estés enojado conmi…- sus ojos
atravesaron los míos, eran como dos piedras negras, sin ningún brillo, tan
negros que ni mi reflejo podía ver en ellos, y llegué a la conclusión, de que
por alguna razón…ahora le temía a la persona que decía hace unos años estar
orgulloso de mi.
-¿¡no quieres que esté enojado contigo!?- lo mire, con un
miedo que no puedo describir. -¡contéstame!- negué. –eso lo tuviste que haber
pensado antes, Bill. Haces las cosas y crees que todos van a seguir estando
bien contigo ¡pues fíjate que no! y no me mires con esa cara que no me
conmueves, solo me das pena, siendo un hombre, con una familia ¡te sigues
comportando como una nenaza!
-…T..Tom…
-¡cállate! ¿Sabes? Deberías madurar, no por (Tu nombre),
ni por yosai, ni por mama ¡por nadie! Solo por ti, deja de una vez de
comportarte como si fueras el pequeño de hace 8 años, ¡ya eres un hombre!
Las palabras de Tom hicieron que un nudo apretara fuerte
mi garganta y mis ojos se inundaran lentamente, siempre dicen que la verdad
duele y…tal vez era por eso que me dolía tanto las palabras tan directas de mi
hermano.
-no llores, con tus putas lagrimas no logras nada.
-mama te necesita…
-¡te he dicho que no me importa! No me importa ni mama,
ni Gordon no me importa nadie y ¿sabes? ¡Tú me importas más poco que los demás!
Así que ¡vete, Bill! No quiero estar contigo.- se dio la vuelta y siguió
caminando con Bruno.
Corrí un poco más y de nuevo jale a Tom, que me miro con
unos ojos fulminantes que, si no fuera su hermano me habría arrancado las
extremidades.
-¿¡que no entiendes?! ¡QUE ME DEJES EN PAZ!
-¡no Tom!- entrecerró sus ojos y pude ver y casi sentir
como apretaba la mandíbula tan fuerte como si fuera a romperla. –No quiero
estar peleado contigo, Tom por favor yo solo…- camino hacia mi rápidamente,
como si fuera un león y yo su presa; sentí un miedo terrible, mi corazón
palpito demasiado y lo único que pude hacer fue retroceder unos pasos.
-que eres nenaza, entiende que no, Bill, ya no quiero
tener nada en común contigo, no sabes cuánto te odio, por mi mejor que tu
mueras ahora ¿sabes? No me importa si te cortas, no me importa que hagas con tu
puta vida, ¡solo déjame en paz!
-¿Por qué me dices esto Tom? Somos hermanos…
-¡me vale! Vete a la mierda, me vale lo que pase contigo
¡no te quiero, bill!
-no es cierto.
-es verdad ¡te odio, bill!
-no es cierto, no me odias.
-eres un imbécil, solo quieres que todos caigan en tu trampa
¿pero sabes? Yo no voy a volver a caer, he aprendido que tu solo has dicho
mentiras, no eres capaz de hacer algo ni por tu bien. Si lo que quieres es
llamar la atención ¡¿Por qué no te matas?! Así no sabes la cantidad de personas
que llorarían por ti, ¡EXCEPTO YO!
-¡No es cierto! ¡No es cierto! ¡NO ES CIERTO!- las
lágrimas cayeron y mis cuerpo comenzó a temblar.
-¡¿crees que si no te odiara sería capaz de hacer esto?!-
solo mire la mano de mi hermano aproximándose a mí con rapidez, estrujo mi
cuello fuertemente, solo pude sacar un grito ahogado y mirar a Tom con miedo.
-tom…déjame.- apretó más fuerte mi cuello, su cara cada
vez se hacía más roja. -¡¡DE…DEJAMEE!!! Tom… ¡suéltame! ¡S…suéltame!!- cada vez
perdía más el aliento, podría soltar a yosai en cualquier segundo.
-¡no, no te voy a dejar!
-Me lastimas…!!
-¡Y TU A MI!
-por…por favor ¡DEJAME!- yosai de pronto comenzó a llorar
desesperadamente, Tom la miro por unos segundos y mientras lo hacía, apretaba
mas mi cuello al grado de que ya no podía tomar el suficiente aire y esto me
hizo tratar de tomar una bocanada, cosa que no resulto ya que me ahogaba más y
la tos comenzó.
Yosai no dejaba de llorar, al contrario, comenzó a gritar
mientras lloraba y eso hizo que Bruno comenzara a ladrar fuertemente.
-…tom…- los ojos de Tom comenzaron a brillar, como si
fuera a llorar pero, miro hacia otro lado y me soltó, haciendo que callera al
pasto gracias a que me maree un poco; por suerte mi pequeña no sufrió algún
daño.
Tom camino, alejándose de mí. Yo abrace a yosai
fuertemente, dejando caer lágrimas una tras otra.
-perdóname…perdóname…- acaricie a mi pequeña de sus
bracitos. Saqué mi celular y llame a mama, le dije donde se encontraba Tom y
dijeron que irían allí lo más pronto que pudieran. Regrese al auto y antes de
encenderlo, respire hondo abrazando a mi pequeña, tratando de tragarme las
lágrimas y olvidar lo que Tom me había dicho pero Siempre que intentaba
olvidarlo sus palabras se volvían tan
presentes, como si lo estuviera repitiendo cada segundo.
No pude aguantarlo más, las lágrimas ya estaban cayendo
de mis ojos y las ganas de hacerme daño crecían cada vez mas; buscaba por todos
lados algo con lo que pudiera mirar mi sangre pero no encontraba nada, mis uñas
eran lo único que servía así que, comencé a rasguñarme hasta ver la primera
línea de sangre. No era suficiente, necesitaba algo más.
Algo gracias al sol casi me dejaba ciego, en el piso, aun
lado del asiento copiloto encontré un encendedor, lo tome en mis manos y lo
miraba como su fuera mi salvación. Lo prendí y lo iba acercando cada vez más a
mis brazos, una lagrima callo en mi brazo y se deslizó hasta caer a mi
pantalón, deje de apretar el encendedor y el fuego desapareció.
Me sentí un estúpido al recapacitar y saber que pude
haberme hecho un daño terrible si el fuego hubiese hecho contacto con mi piel;
avente el encendedor y manejé de regreso a casa. Mamá estaba fuera con Gordon y
Tom, al parecer Gordon, enojado, regañaba a Tom, a Tom parecía importarle una
mierda lo que le decía, solo miraba a Bruno y acariciaba tras de sus orejas.
Salí del auto cargando a yosai y me acerque a ellos.
-Bill, creí que ya habías llegado.- dijo mamá un poco
aliviada.
-pff creí que ya se había ido a cortar las venas.- dijo
Tom mirándome de pies a cabeza, haciéndome sentir como un imbécil.
-¡tom, es tu hermano, deberías apoyarlo!- gritó Gordon.
-¿por qué no le dices a Simone que ayude a su pequeñito?-
¿simone? Tom jamás le habría dicho Simone a mamá, jamás le hablaba por su
nombre.
-Tom, por favor, hijo…
-¡¿Qué no te ha quedado claro?! ¡DEJAME!- mamá se
encogió, echando la mirada al suelo.
Gordon sonrió mirándome, como si tratara de que
estuviéramos tranquilos, pero creo que eso era muy tarde, todo entre Tom, mamá
y yo, se había tornado muy tenso. Gordon sacó a yosai de mis brazos y dio un
beso en su mejilla.
-será mejor que entremos, está enfriando.- Gordon comenzó
a Buscar entre sus bolsillos, la llave de casa.
-no te preocupes, Gordon, yo aquí tengo la llave.- abrí
la puerta y dejé que todos entraran para después yo cerrar la puerta.
Escuche los ladridos desesperados de mi scotty.
-tranquilo, chico ya llegamos.- se me hizo extraño que,
ahora no había dejado de ladrar, siempre que le calmo dejaba de hacerlo.
By tom
Iba caminando tras de Gordon, tenía que darle de beber a
mi Brunito, de pronto Gordon dejo de caminar y cubrió sus labios, lo rodee para
poder pasar y…mi estomago se endureció y de mis ojos salía un rio de lágrimas,
Bruno se acerco a (tu nombre), que estaba tirada bocarriba con los ojos
entreabiertos. Gordon salió corriendo en busca de un teléfono para llamar al
hospital.
-(tu nombre)…- susurre, la voz no me salía, mis manos
comenzaron a temblar y mi cabeza comenzó a palpitar, solté la correa de Bruno.
Mordí mis nudillos, ver esa imagen me ponía los pelos de
punta, mire a Bill, pero el aun seguía en la puerta tratando de sacar las
llaves. Mamá ayudo a Bill y después llegaron a donde nosotros.
De pronto los colores de mamá desaparecieron por
completo, bill llegaba y…no puedo describir su cara…no puedo describir el dolor
que se reflejo en sus ojos al momento en que vio a (tu nombre) de esa forma,
como se le llenaron los ojos de lágrimas en solo unos segundos y como su
quijada comenzó a temblar pero sus lágrimas no salieron en ningún instante.
-¡¡¡(TU NOMBRE)!!!- corrió hacia ella, y la tomo en sus
brazos, la recostó en su regazo manchando sus brazos de sangre. -¡despierta,
por favor!- acaricio su mejilla y la abrazo fuertemente. –despierta,
linda…despierta, por favor- los ojos de Bill de apoco se fueron hinchando y
enrojeciendo pero, increíblemente no soltaba lagrima alguna. -¡¡DESPIERTA!! No
ahora, por favor no me dejes ahora… ¡te necesito! ¡(Tu nombre), te necesito! ¡No
me dejes así!
Mamá se acerco a Bill.
-Bill, no llores, hijito, todo va estar bien.
-¡Déjame! ¡Yo la necesito! (tu nombre)…por favor
despierta, por favor…
Abrieron la puerta rápidamente, los médicos corrieron
hacia (tu nombre) arrebatándola de los brazos de Bill; comenzaron a gritarse el
uno al otro, diciendo que no podían llevarla al hospital o no aguantaría.
Ante eso, mis lágrimas comenzaron a crecer.
Bill estaba sentado en el piso, cerraba sus ojos. Yo me
acerqué a él.
-Bill- me miro, y su cara se transformo en la de un
extraño.
-¡TU DEJAME! ¡NO QUIERO HABLARTE! ¡LARGATE!- decía con su
voz entrecortada.
Eso hice, no iba a suplicarle; me senté en el sillón
atrás de él. Dejándome vencer por las lágrimas, escuchaba a los médicos
pidiendo medicamentos, unos decían “no lo va a lograr” otros los contradecían y
en verdad yo ya no sabía en qué lado estar, por una parte desearía que (tu
nombre) ya no sufriera más, que descansara y dejara de sentir dolor pero…la
otra parte, la parte más grande de mi, deseaba que ella se encontrara bien, que
volviera a ver esa sonrisa con la cual me enamore y esos ojos tan brillantes
como dos estrellas dirigiéndose a mí, esa voz tan dulce que tenia…
Al pasar eso de unas tres horas, bill había miraba la
ventana, estaba pálido y a juzgar por su mirada, parecía no pensar en nada. Después
una enfermera bajo, con la mirada en el piso jugando con sus manos. Me levante
acercándome a ella.
-¿Cómo…como esta?- ella me miro a los ojos e hizo que me
acercara a él. –Mi hermano también necesita saber…- ella lo miro.
-está muy mal, ¿crees que es bueno para él?
-es lo mejor para el.- asintió y fue a por bill que al
tiro se levanto y regresaron conmigo.
-miren, ella está bastante mal, su pulso no es el mejor,
a decir verdad está muy mal su pulso, tiene una leve infección en su garganta
ya que, gracias a la sangre que se quedo ahí todo el tiempo le ha hecho mal.
-pero… ¿está viva?- pregunto bill con un hilo de voz.
Ella asintió.
-sí pero, no quiero sonar impotente pero, ella no estará
aquí por mucho tiempo, es decir…ella está realmente mal.
-eso quiere decir que… ¿en menos de media…semana se va?
-lo siento pero…le damos en promedio…uno, dos o máximo
tres días…y si no se le cuida…me nos de 24 horas.
Bill cerró los ojos y comenzó a respirar agitadamente,
tomó su frente y mordió sus labios intentando no llorar.
-esto es muy difícil para mí, créeme que este trabajo no
es el más lindo pero, así son las cosas, no te sientas mal por llorar.- tomo su
hombro y bill solo se quedo quieto ante ese movimiento.
-lo prometí….- respiraba cada vez más rápido. –se lo
prometí… ¡(tu nombre) no me va a ver llorar! No…
-Bill, hermano.- me miro fulminante…en verdad no del
todo, su mirada pedía a gritos un abrazo, pedía unas lindas palabras que
pudieran levantarle en ánimo.
-¡déjame…Tom!- salió acelerando el paso hacía el jardín
sin mirar atrás.
-bueno, ahora voy a mirar cómo está ¿sí?- dijo ella
intentando sonreír.
-está bien.- inclino la cabeza en señal de un “ahora
vuelvo” y subió las escaleras de nuevo, antes de subir al menos tres escalones,
se viro y me llamó.
-¿puedo preguntar algo?- asentí. –Ella, ¿es su hermana?-
rasco su barbilla.
-no.-negué.- es la novia de mi hermano.- ella asintió.
-gracias.- se dio la vuelta y subió las escaleras, yo
regresé al sillón donde estaba, de apoco, mama se acerco hacía mi y se sentó a
un lado mío.
-¿estás bien, Tom?- negué, trate de mirarla con ojos
fulminantes pero…por alguna razón no lo hice, casi deseaba un abrazo de mamá.
-no, no estoy bien.- tomo mi hombro acariciándolo con su
pulgar, me tense en ese momento.
-hijo, esto se solucionara, créeme que Dios hará lo mejor
para que (tu nombre) esté bien.
-tal vez…tal vez lo mejor para Dios es que…es que…ella se
valla.
-tal vez, pero eso no lo sabemos ni tú, ni yo, ni Bill,
eso solo lo sabe Dios, no debes cuestionar.
-¿crees que lo mejor para ella es…irse? Mamá yo se que
Bill la ama y que ella lo ama a él pero… ¿entonces por qué Dios no los deja vivir
juntos?
-mira, Tom, los dos sabemos que (Tu nombre) no ha tenido
la vida más feliz del mundo, sabemos que ella paso por cosas terribles desde
pequeña. Tal vez Dios solo quiere que ella descanse, que pueda tomar una vida
nueva, diferente.
-pero, eso no es justo… yo la quiero…es decir nosotros la
queremos aquí, con nosotros.
-te entiendo pero, la vida es así, no podemos cambiarla,
es demasiado tarde.- las lagrimas comenzaron a salir de mis ojos, cubría mis
ojos para que mamá no me viera llorar.
-tranquilo, Tom, ella va a estar mejor.- me abrazo y
atrajo mi cabeza a su pecho.
By bill
Entre a casa, mama estaba abrazando a Tom, el lloraba,
pero, por alguna razón ya no le tomaba importancia al ver a mi hermano así.
Me senté en las escaleras, escuchaba a los doctores
hablando y a yosai llorar, seguro estaba con Gordon arriba.
De pronto mis ojos se iban cerrando lentamente, estaba
cansado, me recargue en la pared e intente dormir. Escuche como alguien bajaba
las escaleras, desperté de golpe y mire a la misma doctora de hace unos
minutos.
-¿te sientes bien?- asentí. –bueno, ella esta despierta.-
la mire de golpe y me levante.
-¿¡en serio!?
-sí, si quieres puedes verla pero, está muy mal, solo no…
-entiendo, ¿puedo pasar a verla ahora?- interrumpí.
-está bien.- sonrió.
Subí a mi recamara, estaba cerrada, la abrí lentamente y
una luz me cegó; entrecerré los ojos para adaptarme a la luz y cuando lo hice,
unos doctores estaban frente a la cama. Me acerqué a ellos, trate de ver por
sobre sus hombros para ver a mi angelito.
-¿Cómo está?
-gracias a Dios la encontraron a tiempo, unos segundos
más tarde y hubiera muerto.- me sorprendía la cara de antipatía que ponía al
mirarme, como si lo que él quisiera, fuera que ella muriera.
-ehh… quisiera hablar con ella.- me miro serio, y
asintió, salió y tras de él, salieron los demás doctores.
En la cama estaba tu nombre, cobijada hasta la cintura,
con una bata blanca que seguro los doctores le prestaron; a su lado estaba una
gran lámpara que iluminaba casi toda la cama, también había una bolsita con
sangre y en el piso, un maletín.
No sé porque pero, sentía miedo de acercarme a ella, no
se, se miraba tan tranquila, como si estuviera…muerta, pero un movimiento de
sus labios me hizo saber que no era así, y junto a eso, tome agallas para acercarme.
Me senté a su lado en la cama, ella abrió sus ojitos lentamente, parecía
acoplarse a la luz cegadora a nuestro lado, me miro.
-…Bill…- sonrió.
-(tu nombre), ¿Cómo te sientes?
-me siento bien…un poco mareada…dime, ¿Cómo es que llegue
aquí?
-no lo sé, llegue a casa y…estabas en el piso…sangrando.-
bajo la mirada como si recordara todo lo que paso.
-bill…estoy mal, ¿verdad?
-no, no es así, estas perfecta…los doctores dijeron que
sangraste por el esfuerzo, ellos dicen que porque tosiste mucho pero…tú estás
bien.- sonrió.
-¿en serio?- asentí.
-sí, solo que tienen que tenerte en chequeo, por si te
sientes mal.
-me siento bien, ahora me siento mejor…es decir, estoy
bien ¿Qué más puedo pedir?- un nudo en mi garganta apareció, era tan doloroso
que tuve que estrujarlo levemente.
-si…
-bill, ¿pasa algo? Te ves raro… ¿todo está bien?
-si…es solo que…estoy feliz de que estés bien.
-ohh Bill, te amo- con esfuerzo, se sentó en la cama y me
abrazo, yo al igual que ella la abrace rodeándola con mis brazos.
-yo te amo muchísimo más, hermosa, en serio.
-Bill, quisiera que saliéramos.- dijo acariciando mi
mano.
-no creo que eso sea posible.
-¿por qué no?
-es…tenemos que preguntar a los doctores.
-pero, dijiste que ya estaba bien.
-pero, estás débil
¿Qué acaso quieres volver a como estabas?- saco una pequeña carcajada.
-no, entonces nos quedamos.- acaricie su cabello.
-está bien, no quiero que vuelvas a enfermar.
-ni yo tampoco.
De pronto llego una enfermera con Tom y mamá.
-ellos también quisieran hablar con la señorita, ¿es
posible?- dijo la enfermera sonriente.
En verdad dejar a (tu nombre) así me ponía mal pero, al
final acepte.
-está bien.- di un beso en su frente y me separe de ella.
By tom
-¿puedo hablar primero con ella?- mama asintió.
-claro que si.- mama salió con Bill.
Limpie mis lágrimas y me acerque a la cama y me senté a
su lado.
-¿Cómo te sientes, (Tu nombre)?
-yo me siento bien, ¿Cómo te sientes tu?
-bien- sonreí.
-no es verdad, estuviste llorando ¿me equivoco?
-no…bueno es que…no sé.
-¿sabes? No me gusta verte llorar Tom
-¿pero cómo quieres que esté bien cuando estás enferma?
No entiendo cómo es que tu estas bien.
-bueno, no tienes que estar mal por mí, Bill me ha dicho
que estoy bien, ya no estoy enferma.
-¿Qué? No entiendo.- rasque mi cuello.
-es…yo ya estoy bien, Bill me dijo que solo estaría en
chequeo pero que ya estoy bien.-sonreía tan lindo. –dijo que estaba perfecta.
Una sonrisa de ironía salió de mis labios, un sentimiento
inundo mi pecho y la admiración hacia a Bill creció.
-¿en…en serio?- asintió. –Que bueno…así ya no tengo que
preocuparme más por ti.- bromee.
-jaja, Tom ¿Por qué bill no te lo había dicho?
-ehh…yo…no lo sé, estamos peleados, tal vez es por eso.
-humm, ¿por qué pelearon?- me miro a los ojos.
-es que…tu sabes, son peleas de hermanos…a veces solo
empiezan por estupideces.
- y ¿no le has pedido disculpas?- negué con indiferencia.
-no, yo no soy el que debería pedirlas, es el.
-bueno, pero tienes que saber perdonar, seguro que a Bill
le haces falta al igual que el a ti.
-no es verdad.
-no creo, se que quieres mucho a Bill, me lo has dicho.
-bueno, si…gracias (tu nombre), ahora iré a hablar con él.
Mamá quiere verte.
-esté bien.- di un beso en su frente y salí de la
recamara, mamá entro y yo busque a Bill, fui al estudio a un lado de mi recamara.
Fui al balcón y no estaba. Camine para devolverme fuera
de ahí y algo llamo mi atención: era la libreta de Bill, donde apuntaba sus
canciones, me acerque con la alegría de que Bill escribiera de nuevo canciones.
La abrí y le ojee, había canciones que ya había escrito
antes; de pronto con tinta azul mire una página que tenía como título “¿Cómo me
siento?” pensé que por el título no sería una canción muy alegre, pero aun así
seguía con las ansias de saber lo que decía.
Comencé a leer, esto no era una canción, esto…no puedo
creer esto, ¿miedo a perderme? ¿Culpa de alejarme? ¿Culpa de hacer que (tu
nombre) estuviera así? Jamás creí que Bill se sintiera así, nunca quise decirle
eso, jamás quise que se sintiera tan mal…
Me sentía culpable de hacer que mi hermanito se sintiera
de estás forma y que aun así, el quisiera estar bien conmigo, el quisiera estar
conmigo, ¡soy un imbécil!
Unas cuantas lagrimas cayeron de mis ojos, me sentía tan
mal, tan egoísta e hipócrita, yo quejándome de que mamá no me quiere y ahora….ahora
Bill es el que está mal….tal vez el se cortaba por mi culpa, y yo jamás lo
ayude, jamás le pregunte como se sentía… mama tiene razón… en lugar de hacer
que se sintiera mejor, le gritaba y le golpeaba, ahora entiendo las razones por
las cuales mama quería más a Bill….soy un pésimo hermano…