capitulo 16



- pensé que él había cambiado, que ya no era el mismo de antes.- Sara tomo mi hombro y lo acaricio lentamente.

- no vale la pena que estés así por él.

- pero…el me lastimo y…yo si le quería.

- lo sé, amiga. Pero ya no pienses en eso, que lo único que ganas es sentirte peor.  Tengo una idea, ¿Por qué no salimos? Así despejas tu mente de Tom.

- eh…

- ¿por favor?- bueno, salir tal vez resultaría una buena idea para ya no pensar en Tom y poder pasar más tiempo con mi mejor amiga.

- bueno.- sonreí. Sara y yo nos arreglamos un poco para después salir a caminar por ahí. Había muchísimas tiendas y cosas lindas.

- ¡mira por allá!- apunto una tienda muy grande. –Vamos, vamos.- decía entusiasmada. Caminamos ah; Sara parecía divertirse mucho mirando las tiendas, en cambio yo no me divertía mucho. Me sentí un poco mareada, tal vez fue el olor o los muchos colores ahí dentro. Me acerque a Sara.

- eh…Sara, te espero afuera ¿sí?

- ¿Por qué?

- bueno, me siento un poco mal.

- está bien.- sonrió. Salí de la tienda y me senté en una banca, tratando de que el mareo se me pasara un poco.

- eh, tú eres la supuesta (tu nombre) ¿no?- le mire. Era una mujer de tés blanca y cabello café.

- pues…sí ¿Quién eres tú?

- hum, eso no te importa.- la mire incrédula.

- bueno…entonces ¿Qué es lo que quieres?

- solo decirte que eres un zorrita. ¿Estás con Tom por interés? ¿En serio?, no cabe duda que eres de esas que solo les interesa el dinero. Imbécil.

- yo no estuve con el por eso…fue el él que me quiso por interés.

- sí, claro, usas excusas. Mejor ahórrate tus palabras, niña.- se levanto y se largo caminando. Sentí un gran nudo en mi garganta, pues encima de que Tom lo había hecho, habían comenzado a difamarme tan pronto.
Sara salió de la tienda con un par de bolsas en sus manos. Se acerco a mí y me miro seria.

- ¿te pasa algo?

- no…

- ¿ya se te ha quitado el dolor, amiga?

- sí, ya estoy bien.- suspiré. –mejor regresamos a casa.

- está bien.

By Tom

Oh, mierda… ¡la cabeza quiere explótame!...me siento terriblemente mal. Camine al baño, buscando una pastilla que pudiera aliviar mi dolor. Al no encontrarlas decidí ir a la recamara de Bill para ver si él no podría regalarme.

- ¿Bill?

- ¿Qué paso?- pregunto mientras cepillaba su cabello.

- ¿tienes pastillas para el dolor de cabeza? Me siento terrible.- exclamé. Bill me miro y negó. Se levanto de la cama y camino al baño, buscando, igualmente, una pastilla. Al encontrarlas camino a mi dirección, pero antes de tenderlas hacia mí, me miro de pies a cabeza y cruzó sus brazos.

- no es novedad que te duela, después de todo lo que tomaste ayer…

- ¿ayer tome? No mientas.

- sí, lo hiciste. En la fiesta de ayer.

- ah…pero no tome demasiado.

- sí, y por eso hoy tienes cruda.- sonrió.

- oh, da igual ¿me das las pastillas?- las tendió y yo las tome. –Gracias.- salí de la recamara y baje a la cocina para tomarla con un vaso de agua.

Después de eso, me di cuenta de la hora -3:45- y camine a la casa de Sara y (tu nombre). Tenía ganas de ver a (tu nombre), pues los recuerdos de la fiesta que ocurrió ayer se miraban borrosos. Toqué la puerta y no en mucho tiempo se abrió, dejando a mi vista a (Tu nombre) que su cara se hizo como la de alguien quien ha visto algo horrible.

- ¡¿Qué quieres?!- grito fuertemente, con la voz desgarrada un poco.

- eh, ¿te sientes bien?- pregunte. -¿Qué tienes, hermosa?

- oh, vamos, ¡vete de mi casa ahora!

- no me iré sin antes una explicación. ¿Por qué estas molesta?

- ¡no te daré ninguna explicación, Vete!

- pero… ¿Por qué me tratas así?- me sentí un poco angustiado de no saber qué era lo que había hecho para que me gritara de esa forma.

- ah, te estoy tratando muy bien a comparación de cómo tu me trataste a mí. ¡Ahora vete, por favor!

- no me iré, dime qué fue lo que hice.

- ja, ¿tanto tomaste que ya no recuerdas todo lo que me dijiste e hiciste?

- te juro que no recuerdo nada…por favor dime.

- no.

- ¡por favor!

- me has dicho que solo me querías para tu diversión. Me has intentado golpear.- dijo, al parecer muy enojada.

- yo no me atrevería a golpearte ¡jamás!

- pero lo hiciste, ¡ahora vete!

- eh, te de verdad no se qué paso…dame otra oportunidad, por favor.

- no puedo.

- por favor, no me dejes.

- no me hagas esto difícil. Creí que de verdad habías cambiado.

- lo hice…por favor.

- tendrás que demostrárselo a otra mujer que llegue a tu lado. Pues yo no seré esa mujer otra vez.

- por favor…no hagas esto, yo no lo hice…no estaba consciente.

- si haces esto inconsciente no me imagino que podrías llegar a hacer consciente. ¡Vete!- me empujo fuera de su casa y cerró con un portazo.

Camine de regreso a mi casa, me sentía devastado y encima un estúpido por no medirme al tomar con ella. Bill estaba sentado en el hall mirando la TV. De pronto se levanto y camino hacia mí.

- ¿A dónde has ido?- no conteste. Me sentía con un nudo en la garganta, que si hablaba caería y lloraría fuertemente. –hey, ¿me has escuchado? ¿Qué tienes?

- …nada…

- te conozco. Dime que tienes.

- soy un idiota.

- ¿Por qué?

- por lo que ha pasado ayer…no me acordaba de nada y…fui a casa de (tu nombre).- el me miro sorprendido.

- es que…has tomado demasiado.

- ¡ya lo sé!

- van, Tom.- me envolvió en un abrazo.

- fui terrible…

- tranquilo, todo va a estar bien.

BY (tu nombre)

Pasadas unas semanas, aun no podía recuperarme completamente por lo de Tom. Y al parecer Sara lo notó.

- (tu nombre) deja de estar así.

- ¿así como?

-  solo mírate, estas pálida y has adelgazado demasiado. Puedes enfermar.

- estoy bien, de verdad.- mentí.

- creo que tu físico dice lo contrario.- dijo pasando su mirada por la mía.

- de verdad, solo estoy cansada.- sonreí. Ella negó al igual que yo sonriendo.

- bueno, cambiando de tema, Bill ha llamado, dijo algo sobre una comida. Te invito a ti y a mí también, pero supongo que yo no iré.

- ¿por qué?

- saldré con mi novio, pero más te vale que vayas a la casa de Bill, eh.

- no, yo no quiero ir.

- úsalo como entretenimiento, algo con lo que puedas dejar tu mente en blanco. Por favor.

- por favor, amiga.- junto sus dos manos, y las comenzó a mover en forma de suplica. Sonreí.

- está bien.- subí a mi recamara y me di una ducha. Me coloqué un pantalón de mezclilla oscura y una playera color salmón. Me peine un poco, dejando mi cabello mojado. No me maquille.

Baje y Sara estaba ahí, esperándome con una sonrisa.

- ¿nos vamos?- asentí. Ella me llevaría, pues después de dejarme estaría con su novio. En el camino no hablamos, tan solo miraba la ventana, deseando que a Bill nunca se le hubiera ocurrido juntarnos de nuevo.

Baje del auto y camine hacia la puerta, en donde timbré. De pronto Bill salió con una hermosa sonrisa.

- ¡hola!- dijo casi en un grito.

- hola, Bill.- dije yo.

- bueno, (tu nombre) yo tengo que irme.- dijo Sara.

- que, ¿tú no te quedas?- preguntó Bill.

- no, tengo que salir.

- está bien, que te vaya bien.- dio un beso en su mejilla y Sara salió de ahí. –bueno, entonces pasa, (tu nombre).

- gracias.- entre. Ahí estaba Tom, sentado en la sala. Me miraba serio, son hacer ninguna expresión.

- ¡Tom!- gritó Bill. Tom dio un salto y se levanto del sofá, acercándose a mí.

- hola, (tu nombre).- dio un beso en mi mejilla.

-…hola…

- bueno, creo que es mejor que vallamos a comer.- dijo Georg, tomando la mano de su novia.

- sí, es lo mejor.- dijo Tom. Caminamos al comedor, Bill y yo nos sentamos juntos. 
Entonces comenzamos a comer. Georg dio un sorbo a su soda y sonrió.

- y ¿Qué has hecho estos días (Tu nombre)?- pregunto.

- yo…solo eh estado en mi casa.- dije nerviosa.

- ah, yo no entiendo cómo es que lo sigues aguantando.- sonrió ampliamente. Yo lo 
mire confundida.

- ¿disculpa?- pregunté.

- pues sí, Tom y tu ya llevan bastante juntos. Yo ya me hubiera aburrido.- baje la mirada. Tom miro a Georg de golpe.

- eh…Georg…no…- dijo Bill, nervioso.

- no…Tom y yo…no…- tartamudee.

- ella y yo ya no salimos juntos.- dijo tom de golpe. Georg me miro sorprendido y lamió sus labios.

- ¿de verdad?...entonces, ¿Por qué nunca me lo platicaste Tom? ¿Cuándo lo hicieron?

- hace unas semanas.- dijo Tom.

- pero yo pensé que…

- ¡calla, Georg!- exclamó Gustav.

- pero…- insistió.

- ¡SILENCIO, GEORG!- gritó Tom, dando un fuerte golpe a la mesa.

- eh, lo siento…- dijo tímido.

- ¡todos te dicen que cierres la boca y no lo haces!

- luego te lo puedo decir yo, Georg, pero ahora no.- dijo Bill.

- bueno…eh, (Tu nombre)- dijo, cambiando de tema repentinamente. –veo que has bajado mucho de peso ¿a qué se debe?

- eh…no lo sé…

- creo que es porque no te molestas en comer ni una miga de la comida.- dijo Gustav.

- si cómo, Gustav…

- sí, claro.- dijo con sarcasmo. Me encogí.

- ¡bueno, ya!- gritó Bill. -¡esto era para que estuviéramos juntos a gusto, pero solo se la pasan criticando y peleando, ya!

- ¡no estaríamos así si no fuera porque al idiota de Bill se le ocurrió hacer una comida! ¡Bravo, idiota!- dijo Tom.

- ¡Tom, lárgate de la mesa!

- ¡no!

- ¡VETE!- Tom se levanto y aventando la silla, salió de ahí.

La tensión acorralo mi cuerpo por completo, tan solo sentía ganas de gritar y llorar. Aun no estaba completamente bien por lo de Tom, y encima tenía unos cuantos problemas sin resolver aun.

Me sentía irritada y entonces, sin quererlo, mis lágrimas comenzaron a salir lentamente por mis mejillas. Sorbí mi nariz, algo que fue mala idea.

- ¿Qué pasa, (tu nombre)?- pregunto Gustav. Yo negué y salí de la mesa, corriendo hacia el jardín.

- ¡como me gustaría no haberte conocido!- grite, golpeando la pared fuertemente, haciendo que algunos trozos de mi piel quedaran repletos de mi propia sangre.

- ¡¿pero qué mierda haces?!- gritó Bill.

- ¡déjame!

- ¿Qué es lo que te has hecho?

- ¡nada!

- es por Tom ¿cierto?- dijo, bajando la mirada.

- yo…no sé como creí que el si me quería.- llore aun más fuerte.

- pero lastimándote no vas a lograr cambiar nada. Vamos, que tienes que limpiarte eso.- me tomo de las manos con delicadeza y me guió al baño. Abrió la llave del lavamanos y metió mis manos ahí dentro.

- ahh…- me quejé.

- eso pasa por no pensar lo que haces.- sonreí. –ya estas lista.

- …gracias…

- creo que es mejor que vayas a comer. Ahora los alcanzó.

- está bien.- baje la mirada y camine hacia el comedor.

Bill llego y ahora todos estuvimos platicando en un mejor tono. Pero pronto se haría de noche y Gustav y Georg –con su novia- se fueron. Yo comencé a ansiarme, pues Sara aun no venía por mí.

- ¡Bill, oye…!- Tom me miro. –ah…creí que se habían ido todos ya…

- bueno…mejor me voy…- dije. Bill me detuvo del brazo.

- no, (tu nombre), está bien. Aparte ¿Qué no iba a venir Sara por ti?

- sí, pero creo que se olvido.  Pero  puedo irme yo sola.

- pero ya se hace de noche, ¿quieres que yo te lleve?

- no, está bien, Bill.

- ¿estás segura? Mejor deja que yo te lleve, ¿sí? Por favor.

- bueno…está bien.- sonreí.

- bueno, vamos… ¿nos acompañas, Tom?

- no, yo me quedo.- se fue de ahí. Bill y yo entramos a su auto  y me guió a casa. Al llegar el me miro con una tierna sonrisa.

- llegamos.

- muchas gracias, Bill, de verdad.

- no hay de que.- dijo, dándome un beso en la mejilla.

- adiós.

- adiós.- cerré la puerta del auto y camine a la de casa. Bill se fue y yo entre a la casa.

- ¿Por qué tan tarde?- dijo Sara.

- porque se suponía que tu pasarías por mi.- dije molesta. Ella se sonrojó.

- huy…lo siento, 8tu nombre)…lo olvide.

- ¿de verdad?- dije con sarcasmo.

- no me digas que viniste caminando.

- no, Bill me trajo. ¿Sabes? Quiero ir a dormir…buenas noches.

- buenas noches, amiga.- sonreí y camine a mi habitación.






















1 comentario: